sábado, 11 de enero de 2020

¿LA REIVINDICACIÓN DE LA AUTONOMÍA DE LA REGIÓN LEONESA EN ZAMORA Y SALAMANCA ES ALGO NUEVO?

Por  Miguel Ángel de Diego Núñez, autor del libro ‘Regionalismo y regionalistas del siglo XX (una antología)’

Llama la atención cómo a lo largo del siglo XX han sido salmantinos y zamoranos quienes han reclamado la identidad de la Región Leonesa más aún que los mismos naturales y habitantes de la provincia de León. Tal es el caso de Luis Maldonado de Guevara y Ocampo, rector de la Universidad de Salamanca, que en 1914 subrayó a un ministro que en Salamanca “somos muy hospitalarios. Somos leoneses.”

Cierto es que Luis Maldonado, buen conocedor del campo y la ciudad de Salamanca, era un estudioso de la lengua leonesa y del derecho consuetudinario leonés.

No debe extrañar tampoco a nadie que Miguel de Unamuno, salmantino de adopción, haya repetido durante décadas que “Salamanca perteneció al reino de León y leonesas son las particularidades de su habla popular” o que “A las puertas de esta ciudad se hablaba leonés, y aquí se fundieron ambos dialectos [leonés y castellano]. Pero esta Universidad nunca fue castellana, sino universal y española.”

A lo largo del primer tercio del siglo XX el periodista y profesor de italiano en la Universidad de Salamanca José Sánchez Rojas, natural de alba de Tormes, resaltará una y otra vez la personalidad leonesa de las localidades de la región y confesará:

“En Paisajes leoneses he querido apuntar y señalar las diferencias, más reales que aparentes, que separan a los dos viejos reinos de León y de Castilla. Salamanca, León y Zamora participan, en su espíritu y en sus piedras, de la gracia gallega, de la sutileza astur, de la mansedumbre lusa y de la sequedad de la meseta. Estos cuatro factores integran el sentido leonés dentro de la historia nacional.”

Durante la Segunda República se consolida la composición de cada una de las regiones españolas que tendrán su representación en el Tribunal de Garantías Constitucionales. La región de León queda integrada por las provincias de León, Salamanca y Zamora y elige como vocal al leonés Francisco Alcón Robles, magistrado jubilado del Tribunal Supremo, y como suplente al zamorano Vicente Tomé Prieto.

Resulta significativo que sea un abogado salmantino quien reivindique públicamente, en 1936, la constitución de una Región autónoma leonesa integrada por las provincias de León Zamora y Salamanca. El texto que lleva por título ‘Hacia el Estatuto Leonés’ no deja lugar a dudas:

“las tres provincias, León, Zamora y Salamanca, limítrofes, con características históricas, culturales y económicas comunes (…) que formaron el antiguo y glorioso reino de León, están en condiciones magníficas para solicitar el Estatuto”

Y considera, además, que ‘al Estatuto leonés debemos ir rapidísimamente’.

Tras la Guerra Civil y a lo largo de los 40 años de régimen autoritario, la reivindicación de la Región Leonesa se producirá desde la Universidad de Salamanca, donde destaca el vicerrector César Real de la Riva, quien en los años 60, en el texto ‘Salamanca flor de España’ expresa la personalidad leonesa de la provincia y defiende abiertamente la vertebración regional leonesa a través de la Ruta de la Plata al destacar “el occidentalismo leonés de esta provincia, clarísimamente manifestado en su geografía, en su historia, en su lenguaje, en su economía, en sus tradiciones.”

Junto a él, no podemos olvidar la reivindicación de la identidad leonesa de Salamanca, expresada abundantemente por el profesor universitario de raíces zamoranas Luis Cortés Vázquez o por el vitigudinense Manuel Moreno Blanco.

Durante la Transición cabe destacar que la primera candidatura regionalista leonesa es la presentada por la agrupación de electores ‘Zamoranos por Zamora’ en 1979, integrada por Inés Gutiérrez Carbajal y Francisco Iglesias Carreño. Del mismo modo, es este zamorano el iniciador-fundador del primer partido regionalista leonés PREPAL, en 1980, que propugna desde entonces la autonomía del País Leonés (Salamanca, Zamora, León). Sus resultados electorales fueron importantes en las elecciones autonómicas de 1983 y sufrió en 1984 una escisión de la que nacería a la larga UPL, actual promotor de la moción autonomista leonesa en el Ayuntamiento de León.

Puede afirmarse, pues, que a lo largo del siglo XX y lo que llevamos del XXI existe una conciencia regional leonesa viva en Zamora y Salamanca, que cuenta con mucho mayor apoyo que cualquier opción política ‘autonomista castellanoleonesa’, prácticamente inexistente.

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