Por Inés Prada, ex-concejala de Cultura del Ayuntamiento de León (publicado en Diario de León el 08.01.2020 - https://www.diariodeleon.es/articulo/opinion/tribuna-es-hora-leon-constituya-autonomia/202001080957081974668.html)
Hace algunos años, alguien que ya no está entre nosotros pero que fue protagonista directo, me contó que cuando se estaban conformando las autonomías, la Diputación Provincial hizo una encuesta para saber cuáles eran las preferencias de los leoneses, si León uniprovincial, León con Asturias, o León con Castilla: esta última opción fue la menos votada de todas las anteriores. En aquel momento, muy complejo, en el que se intentaba armar un nuevo sistema territorial para la España democrática desde la Diputación se escogió la unión con Castilla para que hubiera una autonomía fuerte frente a la preocupación de un Euskadi y una Cataluña que se adivinaban conflictivas. León se puso al servicio del interés nacional sin pensar entonces que eso podría perjudicar a la región o a la provincia, sino todo lo contrario... y la encuesta se guardó en un cajón.
No funcionó. No sólo no se aplacaron las demandas inagotables de los políticos vascos y catalanes que han sabido mover a sus poblaciones con intereses no siempre acordes con los de sus ciudadanos, sino que León ha visto como ha sufrido de forma dolorosísima en su población y en su capacidad para ofrecer en esta tierra un futuro a nuestros jóvenes.
Dice el secretario de Organización del PSOE, Jose Luís Ábalos, que no está de acuerdo con lo que su alcalde y concejales han acordado en el Ayuntamiento de León y que es «anticonstitucional». Lo dice mientras él, personalmente, se sienta a negociar con Esquerra y Bildu y, más en concreto, con el autor de la infame Moleskine en la que se había escrito el mapa del mayor asalto a España, al sistema democrático, y a la Constitución que haya no planeado, sino ejecutado y por el que, con los que el PSOE negocia hoy están en la cárcel.
Nuestra Carta Magna tiene su remoto origen directo en el Fuero Leonés de 1017 y en los Decreta reconocidos por la Unesco como «la más antigua manifestación documental del sistema parlamentario europeo». En su artículo 143.1 dice textualmente que «las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en entidades autonómicas autónomas.» ¿Puede haber mayor entidad histórica que la de ser cuna del parlamentarismo? En el 143.2 la Constitución añade «la iniciativa del proceso autonómico corresponde a todas las diputaciones interesadas, y a las dos terceras partes de los municipios, cuya población represente al menos la mayoría del censo electoral de cada provincia». Y concluye en el 143.3 «la iniciativa, en caso de no prosperar, solo podrá reiterarse pasados cinco años.»
Yo creo que el señor Ábalos, que militó en el partido comunista hasta 1981, debe de saber contar como buen maestro de primaria que es, y podrá admitir conmigo que los «cinco años» han pasado cumplidamente, y estamos los leoneses con pleno derecho de volver a proponer constituirnos como comunidad autónoma cumpliendo los requisitos legales.
Los leoneses que buscamos autogobernarnos para sobrevivir y dar un futuro en esta tierra a nuestros jóvenes, no sólo no queremos romper España, como los políticos con los que él se sienta a negociar, sino hacerla más fuerte aportando el talento de un pueblo antiguo que hoy está ninguneado en un ente autonómico en el que muchos no nos reconocemos. No es que no me sienta castellanoleonesa. Es que no lo soy. Soy leonesa. ¿Dónde está el problema?
Entré en la política de la mano de Juan Morano, quien hace 35 años convocó como alcalde la gran manifestación leonesista que hubo en la capital a la que se sumaron la mayoría de los partidos que había entonces. Entonces se cedió. Hoy sabemos cosas que no sabíamos antes: Que provincias con menos «entidad histórica» de la que reclamaba la constitución accedieron a autonomías uniprovinciales y ahí siguen, creando menos problemas a España que otras con cuyos líderes prófugos hoy se negocia. Y no me refiero a Navarra —amenazada hoy por el implacable nacionalismo vasco—, que ocupa el cuarto cuartel del Escudo Nacional, tras Castilla, León y Aragón —en ese y no otro orden, ¡ya está bien!— Me refiero al Principado de Asturias, y a Cantabria, La Rioja y la Región de Murcia.
No creo en ciudadanos de primera y de segunda. Algunos ciudadanos en España tienen derecho a votar en referéndum sus estatutos y otros no lo tenemos. Es algo que nuestra Constitución consagró para saciar los nacionalismos vasco y catalán. No funcionó.
El alcalde de León, José Antonio Díez, recoge ahora el testigo de Juan Morano y acusa al PP, en el que Morano militó, de ser la madre de todos los males. Supongo que es un chiste. No hay un solo leonés que no sepa el nulo apego leonesista del PSOE antes del actual pacto con la UPL en el Ayuntamiento. Con todo, mi opinión como militante del PP es que no se debió votar contra la moción del día 27.
No hay reinos de Taifas, hay descentralización y un deseo sano de los territorios de que las cosas que les afectan sean negociadas por quienes los habitan. No, León no es el problema, intentó ser la solución. Las negociaciones del PSOE con los independentistas indican que no funcionó.
Es hora de que León se constituya en comunidad autónoma invocando el artículo 143 de la Constitución.
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