Por Eugenio de Ávila, director de "El Día de Zamora" (publicado el 28.12.2019 - http://eldiadezamora.es/art/22655/a-mas-castilla-menos-zamora)
Confieso mi ignorancia supina sobre asignaturas varias, conocimientos numerosos y erudiciones intelectuales. No obstante, con ternura, he de escribir que, si, por fin, aunque permítame que lo dude, las provincias de León, Zamora y Salamanca se constituyen en autonomía a nuestra tierra zamorana le fuera a ir mejor. Mi escepticismo resulta superior a mí fe. Eso sí, afirmó que nunca nos irá peor que en la Junta de Castilla y ¿León?
No se trata de enumerar agravios de los distintos ejecutivos regionales con Zamora. No me atrevo a nombrar los ocasionados a nuestros hermanos del norte y sur, porque los desconozco. Pero nuestra provincia ha sido, desde los años 80, la más castigada por los Aznar, Lucas y Herrera. Tampoco creo que un charro lígrimo como Mañueco se vaya a volcar con el oeste, lo que el Reino de León. Recuerdo que el dinero, extraordinario, destinado a Castilla y León por Europa, con aquello del Objetivo 1, se repartió de manera parcial, recibiendo la parte sustancial Valladolid, y su apéndice del sur de Palencia, incluida la capital, y Burgos.
Por supuesto que los ejecutivos regionales han invertido en Zamora. En efecto, con nuestra provincia el PP practicó la caridad. Ya sabemos que los jerarcas populares son gente pía, creyente, católica. Y gusta, de vez en cuando, ayudar al menesteroso, con el objetivo de que siga siéndolo para quedar bien cuando es menester dar una limosnita.
La prensa nacional, tan dependiente de las instituciones públicas, casi tanto como la zamorana, paradigma de cómo mantenerse con dinero de todos, canalizado por los políticos, se ha mofado de la propuesta adoptada por el alcalde de León, socialista, en un Pleno del Ayuntamiento, en el que PP y Ciudadanos votaron en contra de la autonomía del antiguo Reino, como no podía ser de otra forma. También escuché en una emisora que el PSOE de Castilla mostró su contrariedad con su camarada leonés. Muy natural. El socialismo de la meseta norte siempre ha sido castellano. Ni Demetrio Madrid, en su breve estancia en el ejecutivo autonómico, pareció zamorano. Quizá no le dio tiempo para actuar de buen cacique, como si ocurriría con Felipe González con su Sevilla y Zapatero con su León, aunque naciese en Pucela, pero ya conocemos como es ZP, inicio de los males que hoy, casi 2020, aquejan a la nación.
Los datos de población que se dieron a conocer ayer mismo colocan a Zamora como la provincia con el mayor porcentaje de población en 2019, seguida de León. ¡Qué curioso! A Valladolid y Burgos no les ha ido mal del todo, aunque perdiesen habitantes. Adelanto que los medios de comunicación regionales, en poder de editores castellanos, los que de verdad manda en Mañueco y antes en Herrera, Lucas y Aznar, pero ahora con mayor descaro -observe los cientos de millones que los distintos ejecutivos de la Junta dedican a los grandes medios de comunicación de esta autonomía y lo comprenderán-, ordenarán a sus periodistas y articulistas cargar, denostar, criticar al regidor leonés desde ya. Náuseas.
Me parecieron siempre, desde su concesión, aberraciones políticas y administrativas que La Rioja, Cantabria y Murcia gozasen de autonomías. Ridículo. Admito las de Asturias y Navarra, porque su historia así lo demandó. Pero, por esa misma razón, por qué se amasó una superautonomía con Castilla la Vieja y León. Inexplicable.
Me confieso jacobino, pero, si habitamos en el laberinto español, exijamos perdernos a nosotros mismos y matar al Minotauro de Valladolid y Burgos. Pues, como digo, no nos irá peor a los zamoranos en esa nueva autonomía de la Región Leonesa o Reino de León. Ligar nuestro destino al poder centralista del eje Valladolid-Burgos, tolerar una administración castellana en tierras leonesas y esperar una reactivación económica que detengan el desierto demográfico que invade las tres provincias leonesas constituirá una traición a nuestra historia y una felonía a nuestro futuro.
Sé que es casi imposible librarse del castellanismo ideológico imperante en los medios de comunicación, por cierto, cada vez menos vistos, escuchados y leídos, por su cobardía ante el poder político; pero leoneses, zamoranos y salmantinos debemos trabajar, todos a una, por constituirnos en autonomía. Nobleza obliga.
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