martes, 16 de enero de 2007

Mundo Deportivo: El ADEMAR es un equipo LEONÉS

Por Hermenegildo López González, Catedrático de Filología Moderna

Respetado director:

La salud de un estado democrático, y que se precia de serlo, es, ante todo, el más exquisito cuidado por la información; quiérase o no, los medios suponen, hoy en día, uno de los pilares del sistema que nos hemos dado, pues crean opinión, marcan pautas de conducta e imponen modas y modos de expresión, formas de calificar a las personas, las colectividades y los pueblos, introducen neologismos, crean o entierran palabras, y con ellas, símbolos y modalidades de dirigirse o de nombrar a las realidades tangibles o imaginables.

Desde el más absoluto de los respetos, pues en nada presumo mala voluntad por parte de quien así se expresa, exigiría, incluso invocando el derecho de rectificación, un cambio en la línea de su digno periódico a la hora de referirse a la realidad leonesa. El ejemplo más reciente (pero desgraciadamente no el único) es el calificativo de CASTELLANO con el que “adornan” al ADEMAR, equipo de balonmano, enraizado, como probablemente usted no puede imaginar, en la Tierra Leonesa.

No creo sea el momento para explicar, en esta breve misiva (si usted lo juzgara en contrario, lo haría, sin embargo, con sumo placer), las raíces históricas del Reino de León (en 2010 cumpliremos 1100 años de su constitución primera), sus realizaciones, su devenir a lo largo de los años y los siglos, su pervivencia en una cultura, una lengua, una delimitación geográfica, etc. Desgraciadamente, la demarcación actual, fruto de un precipitado pacto autonómico, impuesto por la LOAPA, no vino, en modo alguno, a hacer justicia a este histórico, pero excesivamente callado y obediente pueblo.

Todo esto, sin embargo, no debería justificar el hecho de que se venga, incluso por la vía del lenguaje, cuestionando su innegable existencia; es más, si todos predicamos el respeto por la diversidad, la aceptación del otro, la riqueza de la diferencia, etc., constatando esta injusticia manifiesta, deberíamos ser extremadamente cuidadosos con este tipo de calificativos y, al menos por la vía de los hechos, divulgar la verdad de la existencia de una Región Leonesa que a nadie, y menos aún a ustedes, por la sensibilidad que se les presupone, debería molestar. ¿Qué puedo hacer si he nacido leonés? ¿Acaso debo seguir pidiendo perdón al mundo toda mi vida? ¿Qué penitencia, se supone, debo cumplir para remediar este grave pecado?

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