sábado, 3 de septiembre de 2016

Patrimonio oscuro, como boca de lobo

Por Manuel Herrero Alonso leonés de Zamora (artículo publicado en El Día de Zamora el 02.09.2016)

Intolerable que el Arco de Doña Urraca y el Portillo de la Lealtad carezcan de iluminación

Es la moda. Grupos de chicos, móviles en mano, recorren las calles a la caza de Pokemon. ¡Allá ellos, si así se entretienen! Abandonarán el sedentarismo al que obligan otros juegos, y sin molestar a nadie, entre tanta caminata, conocerán algún rincón de la ciudad por el que nunca habían pasado. Ciertos paseos apartados movilizan a los perseguidores del muñeco virtual. Pateando hasta de noche por donde indica una aplicación, ignorante de que, en nuestra ciudad, hay puntos oscuros, cosa que los jugadores salvan, valiéndose de la linterna que incorporan los dispositivos.

Otros también sufren, teniendo que franquear tramos a oscuras, aunque su paso no se deba a continuar un juego, sino por la necesidad de trasladarse por el camino más corto, hacia un destino. Casos aislados, que llamaran los responsables, sin conseguir justificar la situación. Despreciando al turismo, que puede alimentar una ciudad que carece de otra cosa, escamotean la inversión en realzar, con iluminación ornamental, monumentos y murallas. Pero resulta injustificable que, en algunos puntos históricos, falte hasta la luz ordinaria, la del alumbrado público, como en cualquier calle.

Es el caso del Arco de Doña Urraca, nada menos que un monumento de tanta importancia, por el que los peatones tienen que pasar en penumbra. Tan solo una farola, con décadas de antigüedad, alumbra escasamente este tramo. Quedando completamente a oscuras cuando la lámpara se funde, y tardan semanas en reponerla, situación en la que se encuentra en estos momentos. Así que, paseantes, a extremar precauciones y tirar de luz de móvil, porque no solo consiste en pasar, sino en hacerlo sin peligro, por la retorcida cuesta, porque aunque peatonal, pasan coches, los de residentes y despistados. Sabrán que no hay aceras y que el pavimento, tiene sus peculiaridades. Curiosamente, a pocos metros de la boca del lobo, esta superiluminado el armatoste de la plaza de la Leña.

Parecida es la situación del Portillo de La Lealtad. Si bien, desde la parte superior del Castillo, se encuentra presentable, no ocurre lo mismo cuando alguien osa franquear el arco, porque encontrará unas escaleras en penumbra, sin foco alguno. La única farola que aporta luz se encuentra a muchos metros de distancia.

Quedan otros puntos con iluminación deficiente, señalados como importantes para visitar, mirador del Troncoso, sillón de la Reina, y alguno más. Recomendable seria, advertir a los visitantes, que vengan provistos de linterna o aplicación en el móvil, para que puedan poner luz, donde el ayuntamiento la niega.

No hay comentarios:

Publicar un comentario