jueves, 21 de febrero de 2013

Treinta años de bobadas

Por La Crónica de León (Publicado el 19.02.2013 en http://www.lacronicadeleon.es/2013/02/19/opinion/treinta-anos-de-bobadas-175435.htm)

Dicen en la Junta que se van a cumplir treinta años del estatuto de autonomía de Castilla y León y que hay que alegrarse. Dicen que los ciudadanos tenemos que tener más sentimiento de pertenencia a la autonomía. Otro ha dicho también que había que eliminar las provincias porque el espíritu provincialista va contra el espíritu autonómico. Dicen también que el que no tenga sentimiento autonómico es un aldeano, una persona sin mirada amplia.

Como son tan listos, quizás convenga aclarar algunas cosas. En León no hay nada que celebrar con el estatuto. Los números son demoledores: León cuenta con 494.451 habitantes (padrón municipal de 1 de enero de 2012). 523.607 había en 1983, según la Junta. Se perdieron 30.000 habitantes.
En 1983, cuarto trimestre, había 163.700 trabajadores según la Encuesta de Población Activa. En el tercer trimestre de 2012 quedaban 158.100. Si se tiene en cuenta que España pasó de 10.689.000 a 17.320.000, entonces podemos concluir que ha sido un desastre. Y si a eso le añadimos que Valladolid pasó de 124.500 trabajadores ocupados a 227.300, podemos deducir que nos están tomando el pelo.

En esas condiciones no se puede tener sentimiento de pertenencia a la autonomía porque sería de imbéciles. La autonomía no ha proporcionado nada mejor que lo que hubiese sido cualquier otro camino: autonomía uniprovincial, triprovincial, con Asturias o colonia de Portugal, que tanto iba a dar. La opción Castilla y León ha sido malísima, y así lo reconocen los empresarios y los ciudadanos a pie de calle. Se ve que estos señores de Valladolid la pisan poco. El señor de la oposición que aboga por liquidar las provincias aún no se ha enterado de que son el modelo más eficiente de las instituciones del país, pero con elección directa de los ciudadanos, como se ha visto en las autonomías uniprovinciales, las mejores en evolución económica. Y, por último, a todos esos poderosos que llaman aldeanos a los que acogen sentimientos de pertenencia antiguos y que ellos no comparten, llamarles en este 30 aniversario fascistas. Por el camino del adoctrinamiento ya transitaron otros con un turbio lugar en la historia.

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