Por Carlos J. Salgado del Colectivo "Ciudadanos del Reinu de Llión"
Una vez que el candidato a la Presidencia del Gobierno por el PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba ha manifestado que debe revisarse profundamente el papel de las Diputaciones y que “reordenar la Administración Pública siempre es una cosa buena”, hemos de responder que si hay una administración que sobra en las tres provincias leonesas ésa es la Junta de Castilla y León y no porque los leoneses no creamos en el sistema autonómico sino que el problema viene de la configuración de éste.
La actual comunidad autónoma ha demostrado que perjudica profundamente a Salamanca, Zamora y León (con una pérdida de 60.000 habitantes en las dos últimas décadas) mientras que, por otra parte, Castilla se ve beneficiada (ha aumentado en el mismo periodo unos 50.000 habitantes) y especialmente dentro de ella Valladolid. No queremos culpar a nadie ni queremos que los castellanos frenen el crecimiento que esta autonomía les ha dado pero sí consideramos que los leoneses hemos de luchar por nuestro futuro y por tanto, debemos pedir el reordenamiento autonómico en nuestro caso formándose una autonomía del Reino de León formada por las provincias de Salamanca, Zamora y León. Esto conllevará una mayor financiación para nuestra tierra, un mayor número de puestos de trabajo derivados de una administración autonómica de la que, actualmente, sólo se beneficia Castilla (que posee casi la totalidad de las sedes de la misma) así como un mayor impulso para nuestra tierra en todos los sentidos.
Por ello, solicitamos la reordenación de la Administración Pública en lo referente a León y Castilla sin que esto conlleve nuevos gastos para la ciudadanía, es decir, dividiendo el funcionariado autonómico entre ambas regiones de modo porcentual a sus necesidades y haciendo lo mismo en cuanto a procuradores, etc. Unas Cortes Leonesas no necesitarían ni la mitad de los procuradores que tienen las de Castilla y León para ser representativas, con una asamblea de unos 35 sería más que suficiente con el consiguiente recorte salarial de los diputados autonómicos al representar a menos población.
Por ello, estamos de acuerdo con el señor Rubalcaba en que la Administración debe replantearse a sí misma, sí, pero esto debe hacerse con cabeza y sin cerrarse a que las revisiones puedan afectar a ámbitos que hoy día los partidos grandes consideran "sagrados" como las autonomías.
Por otra parte antes de eliminar las Diputaciones provinciales habría de asegurarse muy mucho de que los pequeños municipios no pierden atención o servicio alguno por ello ya que parece éstos serían los mayores perjudicados a priori de ello.
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