sábado, 12 de marzo de 2011

LA CONFIANZA ES EL CIMIENTO DE NUESTRA TORRE DE BABEL

Este "rugido" de Alfredo Escalada, fue publicado hace casi dos años y medio en "Peatom", una aventura de periodismo digital que se tragó la crisis, como tantas otras muchas cosas. Desgraciadamente, sigue de plena actualidad. Los culpables siguen aquí: Gobierno desgobernado, oposición oportunista, partidos sin compromiso, poderes fácticos egoistas... y sociedad anestesiada. Es inadmisible, pero todos lo asumimos, resignados. Así nos va.

Por Alfredo Escalada

La confianza empieza con uno mismo

"Confianza, esperanza firme o seguridad que se tiene en que una persona va a actuar, o una cosa va a funcionar, como se desea; animo, decisión o valor para obrar; familiaridad en el trato, nos tenemos mucha confianza; en plural, excesiva y molesta familiaridad con alguien. De confianza, loc. adj. Se dice de las personas con quien se tiene trato amistoso o familiar; se dice de las personas en quienes se puede confiar; se dice de las cosas cuyo funcionamiento es adecuado o seguro; en confianza loc. adv. En secreto, con voluntad de que no se divulgue".

Un negocio nace, por supuesto, de una autoconfianza. Crece si se tienen buenas relaciones. Engorda si está bien organizado. Recoge frutos si cuenta con la confianza del mercado. Y tendrá futuro resultón si la sociedad le sigue concediendo su confianza. Es así de claro


Son las seis de la tarde del día 7 de octubre de 2008. El Presidente del Gobierno acaba de dar una rueda de prensa. La he visto y oido, - así por encima -, por la televisión. Ha anunciado dos medidas fundamentales para paliar la crisis en la que, por fín, sí estamos… Aunque la crisis parece que sólo tiene un apellido, (o dos): financiera y/o bancaria. La dos medidas son:
  • Fijar en 100.000 euros la cantidad que garanticen los bancos y las cajas de ahorros para responder de los depósitos de los ahorradores, en situaciones preocupantes, (pero irreales, dijo) de quiebra del sistema finaciero. A cada ahorrador y en cada entidad financiera.
  • Crear un fondo de 30.000 millones de euros, ampliable hasta 50.000 millones, para propiciar los créditos, los préstamos, la inversión… a los ciudadanos y a las empresas. El fondo actuará comprando de activos buenos, sanos (no tóxicos), por un espacio temporal, mientras dure la crisis...
Hubo un bla,bla,blá muy largo del Señor Presidente del Gobierno, algunas preguntas de los medios, y repetidas respuestas del Presidente por las ramas. Vamos, que parecía que no ofrecía confianza. Ni siquiera en alguno de los sentidos de la palabra, según el diccionario, que he citado arriba.

Ciñéndonos al significado concreto de la confianza en el mundo empresarial, podríamos hablar de cosas como estas. Casi todas las empresas desarrollan su actividad basándose en la formula tradicional de los negocios: Estrategia + Ejecución = Resultados. Y así, de una buena estrategia y una buena ejecución resultan consecuencias positivas. Sin embargo, la formula guarda una variable escondida que sólo las empresas mas exitosas han logrado identificar y desarrollar: la confianza. En estos casos, la nueva formula es en realidad: Estrategia + Ejecución + Confianza = Resultados.

La torre de babel en la que estamos, tiene —¡o no tiene, y así nos va!— una base crucial: la confianza.

Una compañía podrá tener una estrategia excelente y una gran habilidad para ejecutar y producir, pero si cuenta con poca credibilidad y confianza, le será muy difícil lograr buenos resultados. O al menos buenos resultados por un tiempo prolongado. Y la clave para desarrollar la confianza es la calidad. Mejor aún: la excelencia. Los productos o servicios proporcionados al cliente tendrán que tener la máxima calidad. Ahora bien, una de las razones por las cuales esta variable escondida es tan importante, es la complejidad del mercado. El mundo de los negocios tiene estrecha relaciones entre si, hay que atender a los clientes, a los accionistas, a los trabajadores, a los socios, a los proveedores, a la comunidad y a los gobiernos...

Por lo tanto, si se busca una empresa exitosa, hay que buscar la excelencia; y desarrollar la habilidad de establecer, cultivar y fomentar la confianza tanto al interior como al exterior de la organización. Esta es la llave para el liderazgo económico y el éxito empresarial en una economía tan ferozmente competida, en un entorno de economía global. Por otro lado, mirando al interior y al exterior, la confianza puede ser vista bajo varios aspectos que van subiendo en una pirámide exponencial: La autoconfianza. La confianza de las relaciones. La confianza organizativa. La confianza del mercado. La confianza de la sociedad en general.

La pirámide, pues, sería esta:

5. La confianza de la sociedad en general
4. La confianza del mercado
3. La confianza organizativa
2. La confianza de las relaciones
1. La autoconfianza

Un negocio nace, por supuesto, de una autoconfianza. Crece si se tienen buenas relaciones. Engorda si está bien organizado. Recoge frutos si cuenta con la confianza del mercado. Y tendrá futuro resultón si la sociedad le sigue concediendo su confianza. Es así de claro.

En este periodo de crisis, a todos los niveles, los empresarios deberían examinarse en confianza. En todos esos tramos mencionados. Y también los economistas, los políticos, y los gobernantes… Y nosotros, los que formamos parte de esta sociedad actual enrevesada. Seguro que si lo hicieramos, ¡todos!, encontraríamos las causas y las razones de esta crisis. Desde la crisis del primer mundo con sus hipotecas y valores invertidos (quiero decir: trastocados), hasta los problemas y los conflictos del segundo, o del tercero, que tienen nombres y apellidos: falta de vivienda, paro, pobreza e indigencia en grado sumo. Y bajando, bajando, hasta el abismo del enésimo mundo, hambriento y sin justicia, que nos delata cada vez más como in-humanos...

Si nos examináramos en confianza, sabríamos entender la crisis de los americanos del norte, la de Europa, la de España, la de este rincón de Castilla y León; y hasta la de nuestro barrio, que es un portal de la aldea global en crisis global amenazante. Y podríamos tomar medidas razonables: Bush, Obama, los Ventisiete (donde mandan Cuatro), un ciego que no quiere ver (que es el peor ciego), y otro que mira hacia otra parte. Y el alcalde de esta ciudad, que gasta los dineros que no tiene, mientras echa la culpa al jardinero. Y el presidente de mi comunidad, que tal le baila... (Y encima nos propone una subida en la cuota, proporcional y alícuota, dice él, recordando sus conocencias de graduado mercantil...)

Lo que les digo: La torre de babel en la que estamos, tiene —¡o no tiene, y así nos va!— una base crucial: la confianza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario