Por Joaquín Cuevas Aller
Se admite generalmente que los vencedores son los que escriben la historia. Hay que reconocer que es verdad en un alto porcentaje de casos. En la publicidad que está elaborando la Junta de Castilla y León sobre el 1.100 Aniversario de la Fundación del Reino de León se aprecia que sucede así. Acabo de ver un dibujo publicado por la Junta con la reproducción de un mapa de España tal como era en el año 1037, al comienzo del reinado de Fernando I. En este mapa figura el Reino de León con unos matices muy especiales. El territorio del Reino lo ocupan las palabras León y Castilla, dando a entender que el Reino se llamaba de León y de Castilla, algo que no existió jamás. Luego incluye los nombres de las principales ciudades: Coimbra, Compostela (en lugar de Santiago), Oviedo y Burgos. Curioso, falta la ciudad de León, la Sede Regia del Reino, como si quisieran esconder León, como si la capital del Reino fuera Burgos.
Ante la desaparición misteriosa del Reino de León el año 1230 hay que agradecer al menos a los historiadores que no se hayan inventado una guerra contra Castilla, que en ningún caso hablen de derrota de León, ni siquiera hablen de batalla. Y, si no hubo batalla, no hubo perdedor y tampoco ganador ¿cómo cuentan los historiadores la desaparición del Reino de León de la Historia de España?
Esta es la pregunta del millón. Los historiadores han creado una fábula fantástica. Afirman que el Reino de León dejó de existir precisamente el año 1230 al integrarse en Castilla en ese año. Esto quiere decir nada más y nada menos que los leoneses renunciaron a ser leoneses para convertirse en castellanos. Sería la primera vez en la historia del mundo que un pueblo, el leonés, reniega de su historia, de su pasado, de su identidad y se integra en otro pueblo, el castellano. Mira que ha habido invasiones y guerras en el transcurso de los siglos, que ha habido salvajadas, pero no se conoce ni un solo caso de que un pueblo haya renegado de su identidad y adoptado otra. Ni en la antigüedad, ni en la Edad Media se conoce un solo caso. ¿Acaso el pueblo leonés se avergonzó de su pasado y por eso se integró en otro pueblo? ¿Por qué ningún historiador ha dado explicación alguna al respecto?
Efectivamente, ningún historiador ha escrito nada al respecto, haría el más espantoso de los ridículos. Ni los leoneses han renegado jamás de ser leoneses, ni se avergüenzan de su historia, al contrario, la Historia de León es una de las más gloriosas de España. Analizando la documentación rigurosamente histórica de la Historia de España, no encontraremos ninguna otra historia más gloriosa que la Historia del Reino de León. Esa misma documentación demuestra muy claramente que el pueblo de León conservó y sigue conservando su propia identidad como pueblo español distinto a otros pueblos.
Si nadie ha sido capaz de dar una explicación convincente al respecto, debemos admitir que se trata de un secuestro de la identidad del pueblo leonés y, como todo secuestro, se hace por algún motivo, generalmente el económico. El primer pago del secuestro se hizo el año 1983, al formar una autonomía que reúne en torno a Valladolid a unas provincias de Castilla y a las tres provincias de la región leonesa. ¿Cuál es el precio del secuestro? Aprovecharse de todos los recursos económicos y monetarios de la región leonesa. Si analizamos las estadísticas económicas, especialmente de las provincias de León y de Valladolid a partir del año 1983 hasta el día de hoy, comprobaremos el precio del secuestro del pueblo de León, precio que se sigue pagando todavía en la actualidad y se seguirá pagando.
Además del desorbitado precio económico pagado por el secuestro, se está pagando otro precio aún más elevado. Valladolid está haciendo todo lo posible para borrar de la faz de la tierra todo vestigio del pasado del Reino de León, como si nunca hubiera existido como queriendo justificar, si León no ha existido, no ha habido tal secuestro.
Últimamente, los medios de comunicación están informando del caso de la ciudad astur de Lancia. Se sabe que Lancia fue una de las ciudades más importantes de la antigüedad de la península ibérica. Se calcula que llegó a tener unos 30.000 habitantes. Una ciudad mucho más importante que Numancia y que Sagunto las dos ciudades masacradas por los romanos. Lancia también lo fue. Es más, Lancia tuvo más habitantes que las ciudades de León y Burgos juntas en la Edad Media, las dos capitales de los Reinos de León y de Castilla. Pues bien, el Ministerio de Fomento de España está construyendo una autovía de León a Valladolid, que pasa por encima de Lancia, como si esa emblemática ciudad no hubiera existido. Lo importante, dicen los políticos es que terminen la autovía cuanto antes, no importa Lancia ¿Dirían lo mismo si Lancia estuviera en Valladolid o cualquier otro sitio de España? Seguro que no.
Hay cosas que suceden en España que no tienen explicación. El reino leonés, que amamantó durante cientos de años a España y que la fortaleció con su propia sangre hasta conseguir echar a los invasores musulmanes de la península ibérica y lograr hacer de España uno de las países más históricos del mundo, nos encontramos que esa España es la misma que hoy tiene secuestrado al pueblo leonés que le amamantó y le dio su sangre. Hoy León no cuenta en ninguna parte, está secuestrado por Valladolid, que lo está llevando al borde de la desaparición como pueblo.
Corresponde al pueblo leonés solucionar sus propios problemas. Para ello, debe elevar el nivel de conciencia como pueblo La principal preocupación debe ser la sociedad leonesa y no su clase política, Sólo así cambiaremos nuestro futuro. No debemos preocuparnos de los gritos de los demás. Lo que nos tiene que preocupar es el silencio de la gente honesta. Estamos en manos de unos políticos iletrados que han hecho de la política su forma de vida y de los ciudadanos su negocio. Muchos de ellos no serían capaces de vivir de otra profesión. Para los políticos, la prioridad es mantener la poltrona del poder el máximo tiempo posible. Los leoneses tenemos todo el derecho al respeto como pueblo. Hay pueblos de primera a los que se les consulta todo y pueblos de segunda cuya opinión es irrelevante e incluso indeseable. La formación de la autonomía de Castilla y León es como una juerga que se ha corrido Valladolid y que los leoneses hemos pagado las copas y los platos rotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario