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Buenos días:
En su programa “Gente Viajera” del sábado, 28 de noviembre, realizado desde Salamanca, su colaborador, Enrique Domínguez Uceta, sacó a colación unos versos de Unamuno que dicen:
Salamanca. Salamanca
renaciente maravilla
académica palanca
de mi visión de Castilla.
Y un par de minutos después, volvió a referirse a Castilla, dando a entender que Salamanca es castellana.
La verdad es que resulta un poco cansado tener que repetir, una vez más, que la comunidad en que actualmente nos encontramos se llama “Castilla Y León”, unidas ambas regiones (en sentido estricto una región, la triprovincial leonesa y parte de otra, seis de las ocho provincias castellano-viejas) por una Y copulativa y que dicha conjunción, como sin duda saben profesionales de la palabra como ustedes, une y separa pero jamás confunde por lo que dicha unión administrativa ni hace desaparecer al “Y León” (que no es por la provincia homónima, sino por la región), ni lo convierte en Castilla.
Pero dejando aparte la explicación de por qué José Y María no se convierten en una sola persona ni mucho menos podemos llamar a María, José o José María, volvamos a Unamuno.
Nunca negaremos lo dicho por Unamuno pero limitarnos a esos versos desvirtúa totalmente todo lo dicho por quien fuera rector de la Universidad de Salamanca:
En 1907, en una carta dirigida a Federico de Onís, que se encontraba inmerso en el estudio de los fueros leoneses y a quien Unamuno animaba a que encontrara similitudes entre las hablas salmantina y sayaguesa, Don Miguel escribió:
“aquí hay tres regiones, la de cerrar, la de candar y la de pechar. Mi idea es que Salamanca no es Castilla sino una transición de León a Extremadura con toques portugueses y algunos castellanos”.
En su célebre Andanzas, crónica de viajes publicada en 1920, Unamuno se refiere así a su ciudad de adopción:
“Esta ciudad y región en que vivo, Salamanca, perteneció al reino de León, y leonesas son las particularidades de su habla popular, que del castellano literario se apartan algo. O más bien por esta provincia cruzaba la frontera entre ambos reinos, por poblados que aun hoy llevan el apelativo de la Frontera, como Zorita de la Frontera, por ejemplo.”
Y en 1931, en su discurso en la Universidad de Salamanca, dice:
“A las puertas de esta ciudad se hablaba leonés y aquí se fundieron ambos dialectos. Pero esta Universidad nunca fue castellana, sino universal y española.”
Cuando se cita a un autor en un tema tan delicado como éste, nos parece francamente manipulador no citar todas sus afirmaciones, sobre todo las que van en contra de la primera y reflejan la evolución del pensamiento del autor al encontrarse, en su vida cotidiana, con la realidad de la tierra.
Pero lo que más estupefactos nos deja es que, en el citado programa, se hablo repetidamente de la Universidad de Salamanca, la más antigua de España, mencionando que fue fundada en 1218 pero evitando cuidadosamente decir que fue fundada por (el mal llamado IX) Alfonso VIII de León, del mismo modo que se habló repetidamente de Ciudad Rodrigo y su diócesis, omitiendo que fue Fernando II de León quien creó la citada diócesis.
Todo lo anterior nos lleva a preguntarnos, una vez más, ¿por qué ese empeño en evitar nombrar al Reino de León y lo leonés en la leonesa Salamanca mientras se intenta insinuar, sin descanso, que es Castilla.
Desde luego, teniendo en cuenta la edad de su colaborador antes citado, tenemos la absoluta seguridad de que estudió tres regiones diferentes y diferenciadas, las dos Castillas, vieja y nueva, y el Reino de León (pues éste es el nombre que el Decreto-Ley de 30 de noviembre de 1833 dio a nuestra región) y, si recuerda sus lecciones, se convencerá que ni Salamanca, ni Zamora, ni León se encuentran en ninguna de las Castillas. En cuanto a la actual comunidad autónoma, nos remitimos a los primeros párrafos de este escrito.
Esperamos que, haciendo honor a la verdad y a su compromiso de informar verazmente, rectifiquen y que, en el futuro, no se vuelvan a producir estos ataques gratuitos a la identidad leonesa en ninguno de sus programas.
Saludos cordiales
En su programa “Gente Viajera” del sábado, 28 de noviembre, realizado desde Salamanca, su colaborador, Enrique Domínguez Uceta, sacó a colación unos versos de Unamuno que dicen:
Salamanca. Salamanca
renaciente maravilla
académica palanca
de mi visión de Castilla.
Y un par de minutos después, volvió a referirse a Castilla, dando a entender que Salamanca es castellana.
La verdad es que resulta un poco cansado tener que repetir, una vez más, que la comunidad en que actualmente nos encontramos se llama “Castilla Y León”, unidas ambas regiones (en sentido estricto una región, la triprovincial leonesa y parte de otra, seis de las ocho provincias castellano-viejas) por una Y copulativa y que dicha conjunción, como sin duda saben profesionales de la palabra como ustedes, une y separa pero jamás confunde por lo que dicha unión administrativa ni hace desaparecer al “Y León” (que no es por la provincia homónima, sino por la región), ni lo convierte en Castilla.
Pero dejando aparte la explicación de por qué José Y María no se convierten en una sola persona ni mucho menos podemos llamar a María, José o José María, volvamos a Unamuno.
Nunca negaremos lo dicho por Unamuno pero limitarnos a esos versos desvirtúa totalmente todo lo dicho por quien fuera rector de la Universidad de Salamanca:
En 1907, en una carta dirigida a Federico de Onís, que se encontraba inmerso en el estudio de los fueros leoneses y a quien Unamuno animaba a que encontrara similitudes entre las hablas salmantina y sayaguesa, Don Miguel escribió:
“aquí hay tres regiones, la de cerrar, la de candar y la de pechar. Mi idea es que Salamanca no es Castilla sino una transición de León a Extremadura con toques portugueses y algunos castellanos”.
En su célebre Andanzas, crónica de viajes publicada en 1920, Unamuno se refiere así a su ciudad de adopción:
“Esta ciudad y región en que vivo, Salamanca, perteneció al reino de León, y leonesas son las particularidades de su habla popular, que del castellano literario se apartan algo. O más bien por esta provincia cruzaba la frontera entre ambos reinos, por poblados que aun hoy llevan el apelativo de la Frontera, como Zorita de la Frontera, por ejemplo.”
Y en 1931, en su discurso en la Universidad de Salamanca, dice:
“A las puertas de esta ciudad se hablaba leonés y aquí se fundieron ambos dialectos. Pero esta Universidad nunca fue castellana, sino universal y española.”
Cuando se cita a un autor en un tema tan delicado como éste, nos parece francamente manipulador no citar todas sus afirmaciones, sobre todo las que van en contra de la primera y reflejan la evolución del pensamiento del autor al encontrarse, en su vida cotidiana, con la realidad de la tierra.
Pero lo que más estupefactos nos deja es que, en el citado programa, se hablo repetidamente de la Universidad de Salamanca, la más antigua de España, mencionando que fue fundada en 1218 pero evitando cuidadosamente decir que fue fundada por (el mal llamado IX) Alfonso VIII de León, del mismo modo que se habló repetidamente de Ciudad Rodrigo y su diócesis, omitiendo que fue Fernando II de León quien creó la citada diócesis.
Todo lo anterior nos lleva a preguntarnos, una vez más, ¿por qué ese empeño en evitar nombrar al Reino de León y lo leonés en la leonesa Salamanca mientras se intenta insinuar, sin descanso, que es Castilla.
Desde luego, teniendo en cuenta la edad de su colaborador antes citado, tenemos la absoluta seguridad de que estudió tres regiones diferentes y diferenciadas, las dos Castillas, vieja y nueva, y el Reino de León (pues éste es el nombre que el Decreto-Ley de 30 de noviembre de 1833 dio a nuestra región) y, si recuerda sus lecciones, se convencerá que ni Salamanca, ni Zamora, ni León se encuentran en ninguna de las Castillas. En cuanto a la actual comunidad autónoma, nos remitimos a los primeros párrafos de este escrito.
Esperamos que, haciendo honor a la verdad y a su compromiso de informar verazmente, rectifiquen y que, en el futuro, no se vuelvan a producir estos ataques gratuitos a la identidad leonesa en ninguno de sus programas.
Saludos cordiales
Porqué no expulsamos de una vez a los castellanos. No queremos a Castilla con nosotros. Estamos hartos de que nos roben Historia, Lengua, Personajes y hasta Costumbres. Hasta tienen por santo al rey que peleó contra su padre Alfonso IX y contra sus hermanas que eran las auténticas herederas de Castilla.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en "casi" todo. Las Reinas Sancha y Dulce, medias hermanas de Fernando "El Santo", eran las auténticas herederas de LEÓN ya que eran hijas de Alfonso VIII de León (mal llamado IX) y Castilla era un reino diferente heredado por su madrastra Berenguela.
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