sábado, 5 de mayo de 2012

Un sindiós

Éste no es un Rugido exclusivamente leonés, pero lo consideramos muy oportuno en la situación actual, dado que si bien en los tiempos de "vacas gordas" NADIE se preocupó de la decadencia económica y de los problemas de paro y emigración del País Leonés, en tiempos de "vacas flacas" los recortes nos llegan exactamente igual que a los privilegiados.

No obstante queremos decir, alto y claro, que no creemos que la situación fuese muy diferente si en lugar de tener un gobierno del PP, hubiera un gobierno del PSOE, por la buena y simple razón de que hemos tenido buenas pruebas de que tanto Zapatero, cuando cambió su política económica tras las llamadas de Merkel y Obama, a los dos días de decir que no desmantelaría el estado del bienestas, como Rajoy desde que llegó al gobierno, solo presiden el gobierno nominalmente ya que las políticas que aplican son las que dicta la Canciller alemana.


Por , para El País

Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir

Desde que los ministros de Rajoy, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar didácticamente los porqués de la demolición del Estado, entendemos las cosas mucho mejor. He aquí un resumen, claro como el agua, de sus argumentos: Se pone precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes laborales para salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al jubilado y al enfermo para proteger a los colectivos más vulnerables. En cuanto a la educación, ponemos las tasas universitarias por las nubes para defender la igualdad de oportunidades y estimulamos su privatización para que continúe siendo pública. No es todo, ya que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los delincuentes grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos cuatro años en la cárcel al que rompa una farola. Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, sí, pero al modo de los novelistas: para que la verdad resplandezca. Dentro de esta lógica implacable, huimos de los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de preguntas para responder a todo. Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrá en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder soberanía. A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan con más retraso para que lleguen puntuales. Convencidos de que el derecho a la información es sagrado en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al asalto para mantener la pluralidad informativa. A nadie extrañe que para garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades.

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