José Sánchez Rojas, hacia 1925 |
Castilla es Castilla la Vieja, es Burgos, Caput Castellae. Castilla es Castilla la Nueva, es Madrid, Toledo, Cuenca.
Pero León es, ante todo y sobre todo, Zamora. He descubierto estas cosas aquí en Zamora, ante este románico típico leonés, ante este paisaje, y no voy a ocultar mi descubrimiento a los sociólogos e historiadores de hogaño.
León es un pueblo exótico; la catedral estaría bien en Alemania, en el este de Francia, pero puesta donde está desentona con los portales de la farmacia del señor don Fernando Merino, Conde de Sagasta, y de las casucas miserables que le rodean. Frente a la puerta principal de la Pulchra Leonina han visto mis ojos una fuente retrechera que estaba pidiendo a gritos tres docenas de cartuchos de dinamita. San Marcos tampoco está bien en León. En León solo nos recuerda la tierra San Isidoro, el panteón de los Reyes, y alguna casuca hidalga, nada más.
Salamanca es un pueblo opulento, monumental, mimado por el sol, pueblo italiano a ratos... Solamente la Catedral Vieja, San Martín y San Marcos ya nos hacen evocar la historia de Salamanca.
Zamora, vista desde el Duero
En Zamora, en cambio, todo es leonés. Media docena de iglesias estupendas: San Juan, Santiago, La Magdalena, Olivares, y otras que no recuerdo (sin contar la catedral, San Salvador). La leyenda zamorana es leonesa: Doña Urraca, Men Rodríguez de Sanabria, el fiel amigo de Pedro el Cruel, el recio obispo Acuña, el comunero. El paisaje es leonés: el Duero, vegas del Duero, valles mimosos; Valorio, transición del paisaje salmantino al orensano, al astur y a la provincia de León. Ninguna opulencia, ningún exotismo en los edificios. Están colocados donde deben estar.
He tenido, voy teniendo, y tendré en Zamora la sensación de lo que era el Reino de León, de lo que todavía es y de las diferencias que le separan de la región castellana. León no era una mera nomenclatura geográfica; León era un pueblo intermedio entre lusitano, astur, gallego, extremeño y castellano. Más flexible que Castilla, y por ende, de menos personalidad. Con su amor a lo sencillo, a lo sobrio, a lo severo. Pueblo que sabe recogerse y saltar sin estruendo. Pueblo de altivez, de individualismo, repleto de gestos rebeldes. Pueblo el de León colocado entre corrientes opuestas y fluctuando, sin irse al fondo, en medio de ellas.
Castillo de Zamora
Mirad estas gentes zamoranas, leonesas, salmantinas. La unilateralidad y pobreza mentales del castellano no rezan con ellos. Tienen algo de la ondulación portuguesa y de la zorrería gallega (maragatos, sanabreses, charros). Ni idealistas como los castellanos, ni prácticos como los catalanes. Las dos cosas, en dosis suaves, a la vez. ¡Suaves tierras de León! Zamora es la entraña del viejo reino. Es ahora de noche, voy a salir de viaje; dentro de media hora rodaré por esas calles. Zamora duerme en el calor de una noche de Agosto. Ya he subido al tren. Y en todo esto veo la fisonomía actual leonesa: Doña Urraca, Acuña, Clarín... gente rica de recursos, taimadilla a veces, pero bonachona siempre. Y con la imaginación veo en una sola plazuela San Isidoro de León, la Magdalena de Zamora, la Catedral Vieja de Salamanca... otra cosa que se parece a Castilla, pero que no es Castilla. Una cosa cuya sensación da Zamora y solamente Zamora, algo ledesma, algo Ciudad Rodrigo, menos Benavente y Astorga, y casi nada Salamanca la dorada y León la paradójica, con su catedral gótica de países lejanos que duermen cerca del Rhin.
En el Reino de León, las almas, cuando vuelan, no pierden de vista los terrones patrimoniales, y debajo de la gloria se ofrece el botín con sus codicias tentadoras. Un sol rojo, de fuego; la puerta del mercadillo, el portillo del Carmen, murallas ruinosas que miran al río; la Zamora de usted, querido Antón, la mía, nuestra Zamora.
(*) José Jorge Sánchez Domingo más conocido como José Sánchez Rojas (Alba de Tormes, 19.04.1885 - Salamanca 31.12.1931).
Hábil cronista político, de pluma fácil y ligera, estuvo a punto de ser ministro, a punto de ser diputado, a punto de ser cronista oficial de la Diputación (puesto para el que estaba capacitado mejor que nadie y que por cuestiones de índole política no se le concedió llevándoselo el padre Getino), a punto de un sin fin de cosas.
Fue republicano y socialista de ideas y fue ante todo, defensor de aquello que él creía justo.
Estudió Derecho en la Universidad de Salamanca, se doctoró en Madrid y fue becado para continuar estudios en Bolonia. Escritor y colaborador de periodicos como El Adelanto de Salamanca o La Vanguardia.
Durante su interesante vida, fue calificado de bohemio y estrafalario y tuvo problemas con las autoridades siendo encarcelado en el turbulento año de 1917 y desterrado a Huesca en 1926 por defender públicamente a su antiguo profesor Miguel de Unamuno.
Antes de que existiera siquiera el GAL, PREPAL, Bloque Agrario, UPL, UPS, PAUL, UPZ-ADEIZA, ... Ya es hora de reclamar que el leonesismo existe desde hace tiempo, que es algo transversal y que seguirá existiendo haya o no haya dignos partidos políticos.
ResponderEliminarSomos toresanos, ponferradinos, charros, leoneses, zamoranos, benaventanos, maragatos, sanabreses, bejaranos, sayagueses,..
¡¡¡Somos leoneses, somos León!!!
A través de pocos años (históricamente 20 años son pocos) se acumulan datos y más datos, citas y más citas de finales del XIX y primer tercio del siglo XX (y a lo largo de todo él) que ponen de manifiesto que Salamanca, Zamora y León constituyen el Reino Leonés, una región histórica más de las constituyenmtes de España.
ResponderEliminarY los nombres de los leoneses que así lo atestiguan alcanza todos los rincones del Reino, en Salamanca desde Miguel de Unamuno a César Real de la Riva, José Sánchez Rojas (Alba de Tormes) o Manuel Moreno Blanco (Vitigudino).
La leonesidad de León no se pone en duda, pero sí la de Salamanca y Zamora, donde en el siglo XIX y en el XX (incluso ahora, en el XXI) han destacado los defensores de la identidad leonesa, en la lengua, la antropología, la historia, el folklore, etc.
La solidez de los argumentos de todo tipo que apoyan la existencia de una autonomía de la Región Leonesa constituyen los mejores cimientos para una reivindicación permanente de esa Autonomía que dé consistencia y futuro al Pueblo Leonés.
Saludos.
Zacut
Para Anonimo (Zacut):
ResponderEliminarLo correcto es decir lo siguiente:
"A través de pocos años (históricamente 20 años son pocos) se acumulan datos y más datos, citas y más citas de finales del XIX y primer tercio del siglo XX (y a lo largo de todo él) que ponen de manifiesto que las provincias de Salamanca, Zamora y León constituyen la región de León. Uno de los territorios que siempre han estado presentes en los diferentes gobiernos Monárquicos, Republicanos y Dictatoriales"
Va siendo hora de llamar a las cosas por su nombre ¿o es que los aragoneses hablan de "Reino Aragonés", "Comunidad Aragonesa", "País Aragonés" o "Región Aragonesa"? ¿O mejor aún, se llaman así mismo "reinoaragoneses", "comuniaragoneses", "paisoaragoneses" o "regionaragoneses"?
Fuimos, somos y seguiremos siendo leoneses.
Fuimos, somos y seguiremos luchando por León.
Me encanta....Saludos desde Salamanca, al sur del país, al sur de León
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