Por Familia Rodríguez Tagarro
Después del desastre medioambiental, social y económico que supuso la construcción y cierre de la presa del pantano de Riaño y la posterior construcción y cierre del farallón infranqueable del azud del megalómano canal de los Payuelos, escondidos en el Caballo de Troya de un denominado Plan Para la Regeneración de Ríos, nos enteramos de que la Confederación Hidrográfica del Duero agazapa en dicho plan la demolición de los históricos azudes molineros que desde hace siglos jalonan el cauce de nuestro río Esla y otros. Disparate éste que, por sorpresa, sin conocimiento de nadie en la zona, y sin presentar permiso alguno, hubieran perpetrado el pasado lunes día 17 con el azud del molino de Sorriba, si sus antiguos propietarios, y vecinos del municipio, no lo hubieran parado in situ.
Pero es que, para mayor escarnio, este azud junto al del Molino de Sandalio, cuentan con resolución de necesaria protección (molinos y azudes) como conjunto de interés etnológico por la Junta. El molino y azud que nos ocupa, están catalogados dentro del Inventario del Patrimonio Preindustrial e Industrial de la Provincia de León (Ipile) desarrollado desde la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura y Turismo. Y en solicitud por organizaciones como La Asociación de Defensa de los Molinos (Acem) para que las instalaciones molineras del país sean declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Como inciso, nada nuevo vamos a descubrir si decimos que este organismo autónomo de Valladolid, —y, ¡hay que ver como ostenta su asilvestrada autonomía! — C.H.D. (Confederación Hidrográfica del Duero), es el ente de la administración del Estado más denostado, que más rechazo provoca y que de peor prensa goza en estas tierras. Se lo han ganado a pulso. La prepotencia, arbitrariedad, ánimo sancionador y autismo ante los requerimientos ciudadanos, son su conducta habitual. Se les nota —esperemos que no a partir de ahora— seguros de su impunidad jurídica. Son especialistas en expropiaciones forzosas que convierten en confiscaciones por sus miserables indemnizaciones y rechazo sistemático de las alegaciones de los afectados. El desprecio, desidia y abandono de su obligación legal de cuidado y conservación de valiosos patrimonios bajo su custodia, es de todos conocido. Valgan como ejemplos: el intento de demolición de azudes en Valderas; el abandono y ruina de los edificios e instalaciones bajo de la presa del pantano de Luna mientras niegan su cesión a los vecinos; el abandono y ruina de antiguos edificios de guardería y estancia de autoridades; la ruina de valiosas arqueologías industriales provocada por la falta de mantenimiento y guardería como es el llamativo caso del molino de Sorriba, con el añadido de la arbitraria negativa a revertir lo sobrante a sus antiguos propietarios o al Ayuntamiento de Cistierna para su rehabilitación y uso de interés social etc. etc. etc... Y continuamos:
El argumento, después del genocidio piscícola del pantano de Riaño y de la barrera infranqueable para peces del azud de los Payuelos, de que la demolición del azud del Molino de Sorriba ubicado entre ambos —escala perfecta de peces, lugar de desove y refugio, y conformador de alberca moderadora de la brutal corriente de desagüe del pantano y su gélida temperatura— «elimina un obstáculo para el remonte de peces por el río», aparte de la pesada broma, solo puede provenir de la más supina ignorancia, o de más oscuros propósitos o intereses o de todo a un mismo tiempo.
Innumerables son los beneficios de los azudes molineros e inexistentes sus perjuicios. Sólo a modo de muestra mencionamos algunos de los primeros que hubieran desaparecido con la demolición del azud del molino de Sorriba. Se hubiera perdido para siempre un patrimonio histórico de todos. Un expolio más a que nos tiene acostumbrados la C.H.D.
Hubiera dejado al molino —aprovechamiento hidráulico «pie de presa» hoy en ruina por ilegal capricho de la C.H.D.— inerme en mitad del cauce e indefenso y a merced del brutal caudal de desagüe del Pantano de Riaño.
Hubiera este organismo patrimonialmente genocida, conseguido de tacada la desaparición conjunta de la arqueología molinera que suponen Molino y Azud.
Hubiera desaparecido por erosión y arrastre el Soto o isla típica de todo molino, riquísima reserva de fauna y flora y refugio de algunos de los últimos ejemplares de nutria.
El acceso y maniobras de maquinaria pesada hubiera supuesto el desmonte de taludes y márgenes y destrucción de una importante vegetación de ribera que cumple similar papel que el Soto.
Hubiera liquidado los planes de alguna empresa local con vocación de actividades sostenibles para establecer en esta área, un observatorio de la fauna y estudio de la flora. Se hubieran removido lodos y sedimentos con importante afección medioambiental cauce abajo. Se hubiera deteriorado irreversiblemente la belleza paisajística de la zona grabada desde hace siglos en la memoria visual de la población. Se hubiera puesto una piedra más en la degradación integral de la Zona, con la que de forma contumaz y continua nos despiertan cada día organismos de nuestra administración.
Y ya para remate, después de megalómanos e innecesarios proyectos de ladrillo, asfalto y hormigón semejantes al presente, y otros saqueos que han sumido al país en la más completa ruina que han de pagar como siempre los más débiles —los ciudadanos y los entes locales, hoy en quiebra—. Después de este panorama, repetimos, el derroche económico para demoler y expoliar los históricos azudes molineros con el gasto añadido en propaganda y congresos para intentar hacerlo digerible engañando a la ciudadanía, constituye una dilapidación más de nuestros dineros a la que es urgente poner freno.
Por último, confiamos en las gestiones que ante la C.H.D. y otras instancias nos consta está llevando a cabo el alcalde de Cistierna a la vez que pedimos su amparo para parar cautelarmente de inmediato y definitivamente a continuación, esta tropelía.
completamente de acuerdo- hay que pararlos como sea.. Ayer he recibido con asombro y profunda tristeza una de las peores noticias de mi vida. El azud del molino y antigua fabrica de luz de Genestosa ha sido demolido por la bastarda CHD, ante la pasividad del Ayto de San Emiliano y de la junta vecinal del pueblo y con la patetica excusa de que supone un obstaculo infranqueable para las truchas. 60000 euros de dinero publico se han gastado en menos de una semana. No solo se trata de un atentado contra el paisaje y contra el patrimonio historico del pueblo sino que dinamita un proyecto de rehabilitacion que ya se habia iniciado. Ojala que los recortes comiencen con eliminar esta organización criminal llamada confederacion hidrografica del duero CHD. Creada en 1927, ya es hora de que se muera. Yo desde luego, meare en su tumba.
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