miércoles, 14 de septiembre de 2011

UN SUEÑO RECURRENTE

Por Lluis Llïonés

Una vez más tenemos los leoneses (seamos o no leonesistas,) que asistir a la mentira y manipulación de nuestra historia desde determinados sectores. Como tantas veces, se trata de repetir una mentira en el tiempo, hasta que al final todo el mundo, aunque sea a nivel más popular y a veces no tan popular, la termine dando por verdad.

El Real Decreto de 30 de noviembre de 1833, publicado el martes 3 de diciembre del mismo año en la Gaceta de Madrid número 154, fue realizado a cargo del Ministro D. Javier de Burgos, siendo regente la Reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Mediante este Decreto de 1833 se opera la nueva organización civil del territorio, como base de la administración interior, dividiendo España en 49 provincias. Estas provincias resultan, según el Decreto, de la división de los territorios de lo que serían los antiguos reinos o regiones históricas. Aunque este Decreto ha sido criticado por algunos por modificar, a veces de forma un tanto arbitraria, las fronteras de las provincias o suprimir algunas, el criterio empleado por Javier de Burgos, no era tan arbitrario en aquel momento pues al crear en cada provincia una capital con funciones administrativas, lo que pretendía, en un orden de las cosas de tipo práctico, era que no se tardara más de un día en llegar desde cualquier punto de la provincia a la capital, así como que todas las provincias tuviesen un rango de población entre 100.000 y 400.000 habitantes.



El Decreto de 1833 recogía, entre otras divisiones de provincias, las resultantes de: “Castilla la Vieja, se divide en ocho provincias, a saber, Burgos, Valladolid, Palencia, Ávila, Segovia, Soria, Logroño y Santander” y “el reino de León en las de León, Salamanca y Zamora”. Este decreto sufre la mayor parte de sus modificaciones bajo la actual Constitución Española de 1978, siendo mucho menores las realizadas desde la entrada en vigor del mencionado decreto hasta la aprobación de la vigente Constitución, que convalida las regiones vigentes en ese momento en su artículo 2:

“La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.

Sobre las nacionalidades todavía no encontré catedrático alguno de derecho Constitucional que me explicara cuales eran las nacionalidades vigentes en 1978 y donde se regulaban, pero lo que sí están claras son las regiones a que se refiere dicho artículo, que dada su importancia, se encuentra protegido por el sistema de reforma constitucional agravada al igual, por ejemplo, que los artículos referentes a la forma de estado o la Corona.

Estas “regiones” se venían estudiando en las escuelas durante la etapa de enseñanza obligatoria, tal y como puede observarse en cualquier enciclopedia escolar. La división entre León y Castilla era la del Decreto de 1833. Sin embargo algunos mapas y libros hasta pasada la primera mitad del siglo XX se permitían la licencia de incluir a las provincias de Palencia y Valladolid en el Reino de León en lugar de en Castilla la Vieja. Esto se entiende si tenemos en cuenta que en ocasiones se ha convenido que la frontera entre ambos reinos venía marcada por los ríos Carrión y Pisuerga (aunque esta afirmación pueda no resultar siempre del todo exacta) dividiendo estas provincias por el medio, por lo que tanto sentido tendría incluirlas en una como en otra región desde el punto de vista histórico.

Lo que parece que no existió nunca fue una modificación legal mediante Real Decreto alguno o norma de rango superior para que dichas provincias abandonasen jurídicamente Castilla la Vieja en favor del reino de León.

Sin embargo mediante participación en ciertos foros, comentarios a artículos en blogs, (algunos datan ya incluso del año 2006) o en la popular Wikipedia, y finalmente entre algunos comentaristas de Facebook, se hace referencia a un supuesto Real Decreto de 30 de noviembre de 1855 según el cual las provincias de Palencia y Valladolid abandonaron Castilla la Vieja integrándose en el reino de León. Suelen argumentar este tipo de entradas sin explicar cómo abandonaron más tarde el reino de León y volvieron a Castilla la Vieja, o que simplemente no lo abandonaron y que son sectores “leonesistas” los que defienden el reino de León sin Valladolid y Palencia en contra del supuesto Real Decreto de 30 de noviembre de 1855.

No hemos encontrado referencias bibliográficas al supuesto Real Decreto de 30 de noviembre de 1855, ni en la bibliografía que hace referencia al proceso autonómico, momento en el que nadie contempla como base otra configuración de las regiones de España que no sean las recogidas en el Real Decreto de 1833, ni en el libro “Provincias, regiones y comunidades autónomas: la formación del mapa político en España, del autor Jacobo García Álvarez, editado por la Cámara del Senado, que además de aclarar al más alto nivel de investigación la inexistencia del supuesto Decreto, aclara la interesante diferencia entre región y comunidad autónoma.

Lo que resulta igual de sorprendente es que ni siquiera hemos encontrado el propio Real Decreto en las fuentes de legislación histórica:

Enviada consulta a través del servicio web del BOE, la respuesta fue:

“En relación a su petición, le informamos que no hemos encontrado el documento de su interés publicado en las bases de datos del BOE. No obstante, puede consultar la base de datos histórica del Boletín: Gaceta (http://www.boe.es/aeboe/consultas/bases_datos/gazeta.php). También puede serle útil dirigirse a las diputaciones provinciales de Valladolid y Palencia.
Atentamente.”

Enviada consulta a través del servicio web de la Biblioteca Nacional, la respuesta fue:

“Estimado Luis:
Desde la Biblioteca Nacional no hemos encontrado nada sobre el Decreto de 1855. De todas formas le adjunto otras fuentes de información sobre legislación Histórica en las que puede buscar:
Legislación Histórica de España: http://www.mcu.es/archivos/lhe/
Archivos de Castilla y León: http://www.archivoscastillayleon.jcyl.es/web/jcyl/ArchivosCastillaYLeon/es/Plantilla100/1258122134464/_/_/_

Consultadas estas fuentes no ha aparecido el supuesto Decreto. Todo nos induce a pensar que se trata, una vez más, de una burda manipulación histórica con la finalidad, como siempre, de hacernos a los leoneses menos leoneses y más castellanos o castellano-leoneses o simplemente de librarse los castellanos de la insolidaridad política y económica procedente de alguna de las dos provincias en cuestión. Ya resultaba excesivamente extraño y coincidente que la data fuera la misma del Real Decreto de 1833 pero de distinto año. Quizá el origen del error fuera ingenuo mediante una mala grafía del 33 que lo convirtiese en 55 pero sin duda fue aprovechado en algún momento para construir toda una ficción jurídica.

Esto nos lleva a pensar que lo que se está tratando de hacer desde algún sector es repetir mil veces una mentira para que al final todo el mundo la termine dando por verdad. No deja de ser un intento burdo, pues nunca podría acceder al mundo de la investigación, pero sí al popular, y es que para algunos eso es suficiente para justificar determinados modelos.

Ya desde antiguo estas mentiras y falsificaciones tantas veces repetidas no han hecho sino trascender a la historia dándose por verídicas hasta prácticamente nuestros días.

No dudo que a nivel científico hoy día sería imposible que el supuesto Decreto de 1855 trascendiese al nivel investigador, dados los medios e información existentes en nuestra época, sin embargo sobre lo que quiero llamar la atención es que el esquema de divulgación y finalidad es el mismo de los antiguos juglares. Gente que se mete en internet para entretener las frías y largas noches de invierno tratando de construir una historia de Castilla a su medida.

Una vez más vemos como, por ejemplo, la Fundación Villalar, auspiciada con fondos públicos de la administración de Castilla y León, trata de transmitir una imagen de la historia de ambos reinos a la medida de la circunscripción autonómica, una vez más ninguneando y ridiculizando la historia leonesa y magnificando la castellana, en una palpable demostración de que no nos encontramos en una verdadera “comunidad” que vele por los intereses de las dos regiones que la componen sino ante una situación en que una de ellas se ve supeditada en todo a la otra como si nos encontrásemos en plena época colonial.

Desde un punto de vista del orden de las cosas actual, la moderna unión (que no fusión) del Reino de León y de Castilla la Vieja (sin Logroño ni Santander), vigentes en el momento de la promulgación de la Constitución, en una nueva circunscripción autonómica, no puede basarse en otra cosa que no sea el ser más fuertes política y económicamente. Sin embargo existen sectores críticos en auge que cuestionan que esto se haya producido. Prueba de ello es que para sostener el modelo actual es necesario borrar toda cultura, e identidad, tanto castellana como leonesa, pero sobre todo leonesa dadas las tensiones heredadas en esta región del tortuoso proceso autonómico. Si el modelo autonómico castellano y leonés hubiese sido un verdadero modelo de progreso y desarrollo y no de pérdida de población y de renta per cápita, especialmente en las provincias leonesas, hubiera surgido un verdadero sentimiento “castellanoleonés” que, como en otros casos, nunca estuvo dibujado en ningún papel, al tiempo que se respetaría y promocionaría tanto la historia como la lengua y cultura heredadas de cada región sin mentiras, manipulaciones u ocultaciones. No vamos a hablar por ejemplo de la ocultación por parte de las administraciones del 1100 Aniversario del Reino de León, que lejos de utilizarse como un revulsivo turístico, ha pasado tremendamente desapercibido para muchos sectores de población que ni siquiera se han enterado de lo que supuso este reino en la historia de España o que, como mucho, han terminado enmarcándolo dentro de la Corona de Castilla.

Sin duda nos encontramos con nuevos juglares, inventores de historias. La historia pues, no se repite, sino que hace círculos concéntricos, mientras la Historia con mayúsculas sigue siendo tergiversada al servicio del poder.

6 comentarios:

  1. me hace gracia que ante las realidades y futuros que se perciben, el erial cazurro siga envuelto con estas historias en el inicio del curso, sinceramente de traca!!!! ¿no tendran algo mas consistente por donde ir?;parecido al manoseo catalan, vasco,rouco, etc. leia hoy en el pais como la soraya(por valladolid) habia defendido el traspaso del duero a cyl, ¿alguno se imagina a morano o alonso haciendo algo parecido?.

    ResponderEliminar
  2. Montañés ¿nos puedes explicar que diaños tiene que ver este artículo con las posturas catalanas, vascas, etc.? Y nos puedes explicar también por qué esta documentada denuncia es para tí "de traca"?

    ResponderEliminar
  3. muy interesant e la publicación las autonomias tiene su razón historica y cultural de subsistir

    ResponderEliminar
  4. Montañes, ¿desde cuando desmontar una mentira es nacionalista?

    ResponderEliminar
  5. Hoy mismo me han contestado, confirmando una vez más nuestras sospechas, a una consulta escrita que había enviado a la Diputación de Palencia sobre la existencia del Real Decreto de 1833 y la inclusión de Palencia y Valladoldi en la Región Leonesa, la respuesta fue:

    "A través de la Secretaría de la Presidencia de esta Diputación me ha sido remitida su consulta sobre la integración de las provincias de Palencia y Valladolid en los antiguos reinos de Castilla y de León

    He estado intentando localizar el supuesto Decreto de 30 de noviembre de 1855, cuya existencia desconocía, y no lo he encontrado por ningún lado. Puede ser que se tratara de un proyecto y, por eso, no se publicó o que exista realmente y no lo he hallado, aunque he consultado la Gaceta de Madrid de fechas posteriores sin éxito.

    Me da la impresión que la adscripción de las provincias de Palencia y Valladolid al antiguo reino de León, tras la configuración provincial de Javier de Burgos de 1833, obedece más a consideraciones históricas o geográficas, por el hecho de que el antiguo reino de León llegaba hasta los ríos Pisuerga y Carrión, que a resoluciones jurídicas, pero no deja de ser una opinión. El hecho cierto es que no he localizado ninguna norma que, después del año 1833, hiciera efectivo el abandono el viejo reino de Castilla por parte de las provincias de Palencia y Valladolid y su incorporación al de León.

    En cualquier caso, no tome mis palabras más que como lo que son, una simple opinión, porque no soy especialista en Historia del Derecho, que es una disciplina que he tenido que utilizar escasamente para el desempeño de mi actividad profesional

    Saludos"
    (...)

    ResponderEliminar