sábado, 7 de mayo de 2011

Medicina preventiva en el siglo XXI (Los peligros de la incineración)

Por Ángel Alonso Catedrático en la Facultad de Medicina de Heidelberg (Alemania) y Coordinador del “Centro Nacional del Cáncer de la República Federal de Alemania”

La búsqueda de nuevas terapias y la Medicina preventiva son los dos pilares en los que se centra la investigación oncológica actual. Es decir, al mismo tiempo que se desarrollan nuevos modelos terapéuticos, se analizan aquellas causas que pudieran provocar un crecimiento tumoral, con el fin de erradicarlas. Es, por tanto, de interés prioritario mantener un control muy estrecho sobre todos aquellos procesos industriales que liberen productos asociados con el desarrollo tumoral.

La producción de derivados químicos durante el proceso de combustión es de sobra conocida. Las catástrofes de Bhopal y Seveso han sensibilizado a la opinión pública, que demanda una “química limpia” y procesos industriales controlables. Sin embargo, no solamente las dioxinas son agentes calificados como cancerígenos y que han sido asociados al desarrollo de diferentes tipos de tumores (Kogevinas, 2011; Brody et al., 2007 para una revisión). Un estudio exhaustivo de Green Peace, realizado en la Universidad de Exeter, Reino Unido, analiza cuidadosamente los potenciales peligros y cuáles son los compuestos químicos más frecuentes que aparecen durante el proceso de combustión (Allsop et al., 1995). Tal estudio se ha visto corroborado por los datos obtenidos en la ciudad de Besançon, donde la presencia en las cercanías de una planta incineradora ha aumentado el riesgo a desarrollar un tumor en 1,44 veces (www.cniid.org).

Investigaciones realizadas en los últimos años colocan más de 190 los productos emanados de incineradoras como productores de serios problemas médico-sanitarios (www.setrostberg.de/index.php?.). Al mismo tiempo que productos orgánicos, se liberan cantidades apreciables de Cadmio y otros metales pesados, muchos de los cuales están en la lista de potenciales carcinógenos (Nawrot et al., 2006). Simultáneamente, las micropartículas expulsadas en el humo son conocidas como provocadoras de tumores de pulmón, repetidamente demostrado en experimentos de laboratorio. Un detallado estudio de los efectos de algunos de los productos orgánicos producidos en las incineradoras se puede encontrar en el excelente estudio de Wigle et al. (2008)  efectuado en Canadá. Estos autores analizan los efectos sobre niños tras exposición tanto pre- como postnatal a algunos de los productos originados en incineradora. Bifenilos policlorados (Umemura et al., 2001), metil-mercurio, dibenzofuranos policlorados (Donato and Zani, 2010; Bakhiya and Appel, 2010, para una revisión; Norpoth und Woitowitz, 2006; Zänker und Becker, 2006) y dioxinas, fueron identificados como extremadamente peligrosos para la salud de adultos y neonatos y han sido calificados como cancerígenos en ensayos experimentales.

El National Research Council de los EEUU alertaba en 2000 que las posibilidades de que residuos tóxicos afecten a las personas no se limitan a una contaminación atmosférica. De una manera indirecta, y a través de la cadena alimenticia o a través de las aguas, tales productos entrarán más tarde o más temprano en contacto con la población, con los enormes riesgos que ello supone. Este efecto se intensifica por la distribución de los productos tóxicos a zonas lejanas, por lo que el efecto no se concentra solamente en las inmediaciones de la planta incineradora sino que, efectivamente, se multiplica.

No es necesario continuar relatando la serie de estudios referentes a los peligros de cualquier tipo de incineración industrial. Son cientos las publicaciones aparecidas sobre el tema. Es necesario constatar claramente que no se trata de teorías, sino de hechos contrastados por la Ciencia y que, desgraciadamente, se han visto corroborados en situaciones de catástrofe. La bibliografía nombrada en esta corta exposición ayudará a profundizar en el tema a todos aquellos que lo deseen.

Prof. Dr. A. Alonso
Centro Nacional del Cáncer
Heidelberg
República Federal de Alemania

Bibliografía:
Allsopp A, Costner P, Johnston P (1995) Müllverbrennung und Gesundheit. Greenpeace-Forschungslabors. University of Exeter, England.

Bakhiya N Appel KE (2010) Toxicity and carcinogenicity of furan in human diet. Arch Toxicol 84: 563-578.

Brody JG, Moysich KB, Humblet O, Attfield KR, Beehler GP, Rudel RA(2007) Environmental pollutants and breast cancer: epidemiologic studies.Cancer 109: 2667-2711.

Donato F, Zani C (2010) Chronic exposure to organochlorine compounds and health effects in adults: cancer, non-Hodgkin lymphoma. Ann Ig 22: 357-367.

Kogevinas M (2011) Epidemiological approaches in the investigation of environmental causes of cancer: the case of dioxins and water disinfection by-products. Environ Health 10. Suppl 1:S3.

Nawrot T, Plusquin M, Hogervorst J, Roels HA, Celis H, Thijs L, Vangronsveld J, Van Henke E, Staessen JA (2006) Environmental exposure to cadmium and risk of cancer: a prospective population-based study. Lancet Oncol. 7: 119-126.

Norpoth K, Woitowitz HJ: Beruflich verursachte Tumoren, in: H.-J. Schmoll. K. Höffken, K. Possinger (Hrsg.): Kompendium Internistische Onkologie, Springer Verlag 2006, S. 248-278.

Umemura T, Kodama Y, Hioki K, Inoue T, Nomura T, Kurokawa Y (2001) Butylhydroxytoluene (BHT) increases susceptibility of transgenic rasH2 mice to lung carcinogenesis. J Cancer Res Clin Oncol 127: 583-590.

Wigle T, Arbuckle TE, Turner MC, Bérubé N, Yang Q, Liu S, Krewski D(2008)
Shiliang Liu5, Daniel Krewski1. Epidemiologic evidence of relationships between reproductive and child health outcomes and environmental chemical contaminants. J Toxicol Environ Health, Part B, 11:373–517, 2008

Zänker KS, Becker N: Primäre Prävention, in: H.-J. Schmoll. K. Höffken, K. Possinger (Hrsg.): Kompendium Internistische Onkologie, Springer Verlag 2006, S. 279-306

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El artículo anterior nos ha sido remitido por nuestros amigos y compañeros de la Plataforma "Bierzo Aire Limpio" que también nos han remitido la información que incluímos a continuación sobre el autor del mismo:

El coordinador del "Centro Nacional del Cáncer en Alemania" advierte a sus paisanos de los peligos de la Incineración.

El científico berciano D. Ángel Alonso, natural de Bembibre, nos envía desde Heidelberg-Alemania, el siguiente artículo para advertirnos de los peligros que encierra la incineración.

El Doctor Ángel Alonso es hijo predilecto de la Villa de Bembibre y trabaja como catedrático en la Facultad de Medicina de Heidelberg-Alemania, donde además es coordinador del “Centro Nacional del Cáncer de la República Federal de Alemania”, dirigiendo un equipo de 60 investigadores.

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