Por Joaquín Cuevas Aller
En el transcurrir de los tiempos han ocurrido acontecimientos que han conseguido alterar las formas de vivir de los pueblos. El año 1983 ocurrió un acontecimiento que ha alterado paulatinamente la vida de los leoneses: la formación de la Autonomía de Castilla y León. La integración el año 1983 de la provincia de León en la Autonomía de Castilla ha alterado la forma de vida de los leoneses, provocando la emigración forzosa de más de 115.000 leoneses, en su mayoría jóvenes, la mayor emigración en cifras absolutas y relativas de toda España en los últimos treinta años.
Esta emigración forzosa de 115.000 leoneses ha sido la consecuencia de la nefasta gestión de las Administraciones Autonómica y Central. Una gestión que ha traído graves consecuencias a la provincia de León. El abandono por parte de la Administración de la agricultura, la ganadería y la minería ha despoblado prácticamente todas y cada una de las comarcas leonesas hasta límites ya casi irreversibles.
Durante siglos, la provincia de León ha sido la más rica de todas las provincias de las regiones de León y de Castilla. Así consta en las estadísticas notariales. Entonces no se hacían estadísticas conforme a la renta por persona como se hace hoy día, sino por el número de pobres que había. Los datos son claros, la provincia de León era la que menos pobres tenía entre las 11 provincias de León y Castilla. Incluso, el año 1983 la provincia de León seguía siendo la provincia más rica entre todas las leonesas y las castellanas. La provincia de León ocupaba ese año el lugar número 22 entre las más ricas de toda España. La integración forzada de la provincia de León en la Autonomía de Castilla por motivos políticos no democráticos ha alterado de tal manera la vida en León que hoy esta provincia ocupa el lugar número 48 entre las 50 de toda España.
La inclusión de la provincia de León en una Autonomía que no le corresponde, ha sido un «juego sucio», planificado por políticos en contra del pueblo leonés y de todas las reglas de la Constitución Española. El que esto siga así demuestra que la Constitución Española es papel mojado, o mejor dicho, es «papel higiénico» de los políticos.
Este juego sucio ha sido planificado por políticos, manipulando los datos de la historia, haciéndonos ver que el Reino de León se integró en Castilla el año 1230, algo que no se tiene en pie. Hace poco, una persona comentando un artículo mío, publicado en esta misma sección del Diario de León el día 1 de agosto, dijo que, efectivamente, el Reino de León no se integró en el Reino de Castilla, pero sí formaba parte de la Corona de Castilla. La ignorancia hace decir muchas tonterías. La Corona de un Reino se refiere a ese Reino y a su territorio. Si León era otro Reino diferente no podía formar parte de la Corona de Castilla.
Idioteces aparte, el Reino de León nunca formó parte de la Corona de Castilla. En cambio, Castilla, antes de ser Reino, era territorio del Reino de León, formaba parte de la Corona de León. León siempre tuvo identidad propia, diferente e independiente de los demás reinos españoles. El año 1833, al hacerse la división administrativa del Reino de España en provincias, el Reino de León formó cuatro regiones: Asturias, Extremadura, Galicia y León. En cambio, el Reino de Castilla formó dos regiones, Castilla y las Vascongadas. Lo demás son cuentos chinos interesados.
Insistir en que el Reino de León era parte de la Corona de Castilla para integrarlo en su Autonomía, a sabiendas de que se está mintiendo, es una farsa a la Historia de España y a los españoles y una burla a los leoneses. ¿Por qué no integraron en Castilla a Asturias, Extremadura y Galicia que eran territorio del Reino de León? La única explicación lógica: el juego sucio de la política. Insistir en que el Reino de León era parte de la Corona de Castilla, a sabiendas de que no es verdad, es apología de la mentira y la mentira es lo contrario de la libertad y sin libertad no hay democracia y sin democracia no se puede hablar de un Estado de Derecho.
Han sido los políticos y no los ciudadanos los que, haciendo juego sucio, han formado esta Autonomía. Se sabe que los castellanos querían una Autonomía de Castilla sola, incluídas las provincias de Logroño y Santander y los leoneses querían una Autonomía de León solo.
Los políticos han jugado sucio contra León. Claro, qué vamos a esperar de unos señores que, en su mayoría no tienen la formación adecuada para el trabajo a realizar, que consiste en defender los intereses y los derechos de los ciudadanos y hacer cumplir la ley. Porque esta Autonomía de Castilla y León no cumple la ley y a los políticos les da igual. Pregunto ¿quién ha defendido los intereses y los derechos históricos de los leoneses? El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra. Esta pregunta se la podríamos hacer a los 115.000 jóvenes leoneses que se han visto obligados a emigrar a otras partes.
Los datos publicados por el Instituto nacional de Estadística, INE, son escalofriantes e indican claramente que el año 1983 ha sido el año del inicio del declive económico y humano de León. Porque al ritmo que llevamos, y va en progresión geométrica, antes del año 2030 más de la mitad de los pueblos leoneses habrán desaparecido. Pueblos que en gran parte llevan existiendo más de mil años. Este juego sucio de los políticos contra la provincia de León y contra la región leonesa, va a traer consecuencias nefastas no solamente para León, las va a traer para toda España. Porque España no puede prescindir de los recursos económicos leoneses especialmente de la agricultura, la ganadería y la minería.
Los políticos leoneses deben reflexionar, deben saber que León va muy mal y que si no hacen nada irá a peor. Deben saber también que son ellos los que deben poner remedio urgente a la situación caótica en el que unos políticos han metido a esta provincia, mañana será tarde.
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