martes, 4 de enero de 2011

Pequeñas victorias: León no es castellana (y Salamanca tampoco)

Reproducimos a continuación una publicación de la Defensora del lector del diario El País, publicada en el siguiente enlace:


No podemos más que felicitarnos por la rectificación, aunque creemos que ésta debiera hacerse no en un blog de internet sino en el mismo medio y soporte en que fue difundida la tergiversación que se han visto obligados a corregir y no limitarse a poner León ya que al referirse a las ciudades, el título correcto debiera ser "Ni León ni Salamanca son castellanas".

Por: Milagros Pérez Oliva (Defensora del lector de "El País")

Varios lectores se dirigieron en los días posteriores al 9 de diciembre a la Defensora para quejarse de que, una vez más, el diario había catalogado como castellanas a varias ciudades de la región leonesa. Las protestas se referían al reportaje de la sección de El Viajero titulado “Luces, lumbre y acción”, firmado por S. Borraz, J.Pastor y C. Crisol. La frase motivo de queja se encontraba en el subtítulo de la información, por lo que el error es imputable a los editores de la pieza: “De paseo por acogedoras y gélidas calles calentadas por las luces de la Navidad en León, Salamanca y Sigüenza. Acomodo a los pies de la lumbre de las chimeneas de los Paradores de estas ciudades castellanas”. El texto fue corregido, pero ya había provocado la reacción de varios lectores, entre ellos Luis Miguel Pellitero Álvarez, José Luis Arias y Francisco Javier Fernández.

Reproduzco a continuación dos de las cartas recibidas, en las que se argumentan las razones por las que no es correcto hablar en este caso de ciudades castellanas.

“Le escribo un tanto indignado al volver a leer un error en el suplemento El viajero publicado el día 9 de diciembre en el que tilda en dos ocasiones a León y a Salamanca como "ciudades castellanas". Como bien recoge el Estatuto de Castilla y León, esta comunidad se conformó hace 27 años por la unión de dos regiones históricas: por un lado la región leonesa (que englobaba las provincias de León, Zamora y Salamanca), y por otro lado una parte de la región de Castilla la Vieja (Palencia, Valladolid, Burgos, Soria, Segovia y Ávila). De esta última se separaron Santander y Logroño que formaron dos comunidades autónomas propias. Por eso el nombre de la comunidad de Castilla y León lleva una "y" en medio, como reflejo de la unión de las dos regiones (por contraposición al guión de Castilla-La Mancha). Así los habitantes de Castilla y León se les denomina "castellanos y leoneses" no como inicialmente se les denominó con el nombre artificial de "castellanoleonés" y que fue corregido por la Junta de Castilla y León en la reforma estatutaria de 1997.

Señora Defensora, los leoneses estamos cansados que desde 1983 se nos denomine continuamente como "castellanos". Así que le ruego que por favor rompa una lanza en favor nuestro y defienda que los medios de comunicación denominen a los pueblos y ciudades de la región leonesa (fíjese que este año celebramos nada menos que el 1100 aniversario del Reino de León) como lo que son: leoneses”. José Daniel Marcos del Cano   

“Atendiendo a su diligente respuesta mostrada en anteriores ocasiones, lo que agradezco enormemente, pero ante la reiteración de los errores en el tratamiento del gentilicio de la ciudad de León, me dirijo a usted nuevamente solicitando su amparo para que se rectifique un artículo de su periódico, del cual soy lector asiduo. Desde la fundación de León por la Legio VI Victrix hace más de 2000 años, y la creación del reino del mismo nombre, hace justo 1100 años, nunca León ha sido una ciudad castellana. Me permito recordarle, como en correos anteriores, ciertas referencias históricas, legales y de léxico.

El estatuto de autonomía, en su preámbulo, dice:

La Comunidad Autónoma de Castilla y León surge de la moderna unión de los territorios históricos que componían y dieron nombre a las antiguas coronas de León y Castilla. Hace mil cien años se constituyó el Reino de León, del cual se desgajaron en calidad de reinos a lo largo del siglo XI los de Castilla y Galicia y, en 1143, el de Portugal. Durante estas dos centurias los monarcas que ostentaron el gobierno de estas tierras alcanzaron la dignidad de emperadores, tal como atestiguan las intitulaciones de Alfonso VI y Alfonso VII. (...).

Es, pues, la unión de dos territorios, reconocidos como tal por Javier de Burgos, en real decreto de 30 de noviembre de 1833, en la que se establecía la división territorial de España. Por ello, la expresión “castellanos” no expresa ni el gentilicio del territorio, ni de la autonomía, y menos representa la historia. El propio Banco de España a comienzos de los 80 tuvo que retirar, a comienzo de los años ochenta, una serie de monedas de 10 pesetas en las que figuraba la manida expresión Castilla-León, que es incorrecta. No así, la de Castilla-La Mancha. El propio escudo de España reconoce, como cuartel diferenciado, el correspondiente al Reino de León, no de Castilla-León, aunque la historiografía moderna, desde 1983, pretenda cambiar ciertos hechos.” Javier Vega García

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