viernes, 30 de julio de 2010

SI ESPAÑA FUERA UNA DEMOCRACIA

Por Joaquín Cuevas Aller

En España, casi todo el mundo, especialmente los políticos afirman que España es una democracia. Democracia es la doctrina política que establece la intervención del pueblo en el gobierno político de un Estado. Como forma de Estado, la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Las bases del Estado democrático son cuatro: primera: la soberanía popular; segunda, la igualdad de derechos y deberes políticos ante la ley; tercera, sufragio universal; y cuarta, formación del Estado de Derecho en el que los principios democráticos sean garantizados por ley.

Ninguno de los cuatro puntos se cumple en España. Todo lo que tenemos es unas elecciones cada cuatro años, pero no para elegir a las personas que nos representen en los gobiernos municipales, autonómicos o estatales, sino a unos partidos políticos, mediante unas listas cerradas que componen los dirigentes de esos mismos partidos.

En España hay dos partidos de ámbito nacional con capacidad de gobernar la nación española: el Partido Socialista y el Partido Popular. Ambos partidos han gobernado España con mayorías absolutas. Su forma de gobernar ha sido más propia de una dictadura partidista más que de un régimen democrático. Unos partidos que utilizan la demagogia para que las mentiras parezcan verdades, unos partidos que no han sabido, o mejor dicho, no han querido escuchar a los ciudadanos. Los ciudadanos vamos a votar con el ánimo de que los gobernantes gestionen con eficacia, defendiendo nuestros derechos y libertades. Sin embargo, estamos comprobando que los políticos sólo se dedican a defender los intereses propios de sus partidos y mantenerse en el poder el máximo tiempo posible. El mayor esfuerzo no lo dedican a gobernar sino a desprestigiar y descalificar al partido contrario, culpándole de todos los males del país que ellos mismos están provocando. El mayor “éxito” de esta falsa democracia ha sido el aumento espectacular de golfos, el mayor en toda la Historia de España; los juzgados están llenos de políticos golfos. Tanto es así, que los medios de comunicación están diciendo muy claro que el mayor problema de España son los políticos, no la grave crisis que padecemos Lo que empezó como un Estado de las Autonomías esperanzador, se está convirtiendo en un Estado políticamente imposible y economicamente inviable; no hay más que ver el estado de quiebra de Ayuntamientos, Autonomías y del propio Estado. Tal vez esta crisis sea la que traiga al fin la democracia a España

Si España fuera una democracia no pasarían algunas otras cosas que están pasando. Por ejemplo, estamos viendo como un “cualquiera” puede llegar a ser alcalde de una ciudad importante, presidente de una Autonomía o presidente del Gobierno de España. Si España fuera una democracia, cualquiera podría ser alcalde o presidente, pero no un “cualquiera” sino cualquiera que tenga unas razonables cualidades de gestión que le capaciten para ocupar dignamente ese puesto.

Si España fuera una democracia, España sería de todos y no un cortijo de unos pocos privilegiados con un presente y un futuro bien garantizado. Si España fuera una democracia, no existiría la Autonomía de Castilla y León ya que, es contraria a las cuatro bases del Estado de Derecho y al artículo número 2 de la Constitución Española. Dicha Autonomía sería imposible.

Si España recuperara la democracia, una de las primeras decisiones sería disolver la Autonomía de Castilla y León y crear la Autonomía de León y la Autonomía de Castilla. Si en España se instalase la democracia, se debería hacer unos balances para analizar los resultados de la Autonomía de Castilla y León.

Pero como seguimos sin democracia en España y seguiremos todavía algún tiempo sin ella, se hace necesario hacer ese balance. Después de 27 años de funcionamiento de la actual Autonomía de Castilla y León, debería ser obligatorio hacer un balance para corregir los errores cometidos con León En ese balance se podría comprobar que esta Autonomía no ha servido a León, se ha servido de León, llegando a registrar el récord más negativo de nuestra historia, que seamos menos, más viejos y más pobres. Se podrá comprobar el enorme expolio que ha sufrido la provincia leonesa con sus recursos económicos. Con ser esto muy grave, es peor todavía el expolio de los recursos humanos. Según datos publicados por este mismo Diario hace ya varios años, más de 260.000 leoneses nacidos en la provincia de León (hoy la cifra supera los 300.000) viven fuera de esta provincia y de ellos, más de 100.000 son jóvenes, los más preparados culturalmente de toda nuestra historia. Este expolio humano ha sido perfectamente planificado por los políticos de turno para destruir el pasado y la identidad leonesa para lograr beneficios inconfesables, pero bien conocidos, despreciando la voluntad de los leoneses. Han utilizado el expolio humano porque los políticos saben muy bien que:

1º- Un pueblo ignorante vive de ilusiones.

2º- Un pueblo ignorante desperdicia sus recursos y se empobrece.

3º- Un pueblo ignorante es terreno abonado para la demagogia.

4º- Cuanto más ignorante sea un pueblo, más van a permanecer los demagogos políticos.

También los políticos saben que:

1º- Un pueblo culto e inteligente sabría elegir muy bien a sus dirigentes honrados y competentes.

2º- Un pueblo culto e inteligente sabe diferenciar muy bien un discurso serio de un discurso demagógico.

3º- Un pueblo culto e inteligente no permite corruptos ni incompetentes.

4º- Un pueblo culto e inteligente es capaz de prosperar incluso en condiciones adversas y difíciles.

Este es el triste balance de esta Autonomía ¿hasta cuando?

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