domingo, 18 de junio de 2017

La plata leonesa

Por  Cesar Gavela (publicado en Diario de León el 18.06.2017 - http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/plata-leonesa_1168649.html)

Tal vez hay dos Portugales, y ambos son hijos del viejo reino de León. Uno, el admirable Portugal atlántico, nació de León, muy marcado por el habla y la cultura de Galicia, tierra leonesa. El otro, el Portugal misterioso, forma parte de España y es el que se articula en torno a la Vía de la Plata. Lo que le confiere el estatuto de antigüedad y firmeza.

El Portugal de Lisboa es manifiesto. La tierra ibérica más dulce, más mesurada, más unida. Sin embargo el otro Portugal, por así llamarlo, el de la vía de la Plata, está escondido. Oculto en sí mismo, extendido verticalmente por tres comunidades: la parte leonesa de la autonomía del Duero, Extremadura y la zona occidental de Andalucía, la del Bajo Guadalquivir. Es un mapa que se podría concretar así: las actuales provincias de León, Zamora, Salamanca, Cáceres, Badajoz, Huelva, Sevilla y Cádiz. Dejando la pertenencia de Asturias, hogar inicial, como posible miembro. También suscita dudas la provincia de Córdoba, sobre todo el sur de la misma.

El rastreo de lo leonés es fácil en Cáceres, la tierra más extremeña de Extremadura. En el noroeste de Cáceres todavía se habla el leonés, en su valle de Trevejo. En cuanto a Badajoz, basta recordar que hay algunos pueblos del sur de esa provincia, ya muy marcada por la influencia andaluza, que se apellidan «de León». Por su parte, Huelva y Cádiz son periferias gloriosas de Sevilla, la ciudad que fue conquistada por el leonés San Fernando. Este es el Portugal leonés, el que está oculto en el mapa de España.

Pero no está oculto para el viajero atento a gentes y sentires, a modos de ser. Sí, ya se sabe que esto de las identidades colectivas es harto peligroso y muchas veces gratuito. Pero es evidente que entre los catalanes y los andaluces hay diferencias de carácter, o como se quiera decir. Como también son evidentes entre vascos y murcianos. O entre gallegos y manchegos.

Últimamente he hecho diversos viajes a la Baja Andalucía y he ido notando, poco a poco, esta sensación de familiaridad. Observando cómo, por debajo de lindes, de acentos, de costumbres y de tópicos, hay una cercanía secreta y cálida con las personas que habitan ese Portugal interior. Hace muchos años que ya lo había notado en Cáceres, incluso en Badajoz, pero me faltaba cerrar el descubrimiento. Y no dudo que algo nos une a los que ocupamos la segunda franja, comenzando por la izquierda, del mapa de Iberia. Los apellidos más habituales de esas provincias son los mismos. Igual en Asturias que en Huelva, en Salamanca que en Sevilla. Porque fueron leoneses del norte los que repoblaron ese León del sur, que debemos conocer más. Ya no solo con la mirada del turista, sino con el corazón; con lo profundo que nos une a esas tierras. Ese linaje romano y medieval. Que ejemplifica, acaso mejor que nadie, Guzmán el Bueno, hijo de León que murió en el sur de Andalucía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario