viernes, 15 de marzo de 2013

ENGENDRO

Por Felipe Ramos, publicado el 22.02.2013 en Diario de León (http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/engendro_772076.html)

Hace poco uno de Castilla me preguntó por qué le llamaba engrendro a esta autonomía que se inventó ese paramés de Santa María, que lleva toda la vida cogido en brazos para que no se le manchen los zapatos de barro. Mira el diccionario, le dije.

«Obra mal concebida o mal hecha». Eso es un engendro. No se me puede ocurrir mejor definición para esta comunidad. Que está mal concebida, basta con ver cómo llevan treinta años, ahí es nada, en busca de una identidad que nunca van a encontrar, porque realmente nunca existió.

Por mucho que se empeñen los políticos castellanos, que cohabitan en Valladolid, no hay una identidad castellana y leonesa y mucho menos la castellanoleonesa, con y sin guión. Como dijo aquel, un leonés es un leonés y un castellano, un castellano; aquí y en la China popular.

Pero hete aquí que los de allí abajo llevan semanas celebrando el 30 aniversario de este engrendo, que sólo ha servido para enriquecer a una provincia, Valladolid. ¿Saben cuántos habitantes tenía León cuando en 1983 decidieron que ya no íbamos a ser más sólo leoneses? 517.000. ¿Saben cuántos tenía Valladolid? 489.000. Hoy, treinta años y un engredo después, León apenas supera los 494.000 y bajando, mientras la provincia castellana sube y sube y ronda ya los 535.000.

Señores políticos de Valladolid que dirigen este engrendo, ¿qué quieren ustedes que celebremos en León? ¿Cómo cierran las pocas empresas que aún quedaban? ¿Cómo nuestros jóvenes emigran porque aquí no hay futuro? ¿Cómo Valladolid se ha llevado todo el poder político y económico? ¿O quizás esperan que les aplaudamos mientras nuestras cuencas se mueren sin que nadie de ustedes haga nada por evitarlo?

Quédense ustedes con sus 30 años de celebración, con su estatuto de autonomía, con sus Cortes de Castilla, con su Consejo de Cuentas, con su Consejo Consultivo y hasta con su Procurador del Común —cuánto despilfarro— y de paso quédense también con Joaquín Otero, que ése sí es uno de los suyos, y hasta con su 23 de abril, y que les aproveche.

Pero, por favor, no pretendan hacernos comulgar con ruedas de molino, porque esta comunidad en la que nos coló Martín Villa fue, es y seguirá siendo un engendro; aquí y en el China popular.

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