Por Tomás Álvarez
Frente a quienes sostienen que el árbol de Navidad es una costumbre del interior de Europa, hay un dato que rompe la teoría: la existencia de otra especie de “arbol” en el noroeste de España.
Ramos de Navidad. Imagen de http://raigame.blogspot.com/
En los escaparates de muchos establecimientos de León aparece estos días el "Ramo Leonés de Navidad" siguiendo una costumbre de raíz pre-cristiana, cristianizada a partir de la Edad Media y que, cuando estaba a punto de desaparecer, ha retornado con fuerza a iglesias y hogares.
Aún cuando recibe el nombre de Ramo, la estructura semeja más a un arbolillo esquemático, en el que se colocan adornos florales, frutas y velas.
El Ramo -Ramu Llïonés de Nadal- consiste en un soporte de madera, con estructura triangular, circular o trapezoidal -según las comarcas- en el que se cuelgan lazos, hilos de lana, puntillas, rosquillas y frutas, y que se ofertaba a la Virgen María durante la Misa del Gallo, en Nochebuena.
El etnógrafo Joaquín Alonso sostiene que esta costumbre tiene un origen votivo, precristiano, y que fue incorporándose al culto cristiano, bien de forma directa o a través de una derivación de las "pastoradas" autos de Navidad realizados en las iglesias de muchos territorios, como Asturias, León o Zamora.
A lo largo del tiempo, el ramo votivo original en el que colgaban frutos y adornos, acabó siendo sustituido por una estructura de madera que hacía las mismas funciones, "quizá por el mismo tenebrario (candelabro triangular) que existía en las iglesias", según Alonso.
De hecho, hasta hace unos treinta años, en los pueblos leoneses, en la Misa del Gallo, las mozas elaboraban uno de estos ramos y luego organizaban por medio de la nave de la iglesia una pequeña procesión, en la que uno o varios mozos llevaban hacia el altar el ramo, mientras éstas cantaban estrofas que se modificaban de año en año, en las que se aludía a la natividad y a la vida local.
Estudios, investigaciones y publicaciones de intelectuales como Jose Luis Alonso Ponga, Alejandro Valderas y Concha Casado han puesto de actualidad esta costumbre, que estaba en declive por el propio derrumbe demográfico del ámbito agrario, y esto ha hecho que el ramo haya saltado de los templos a las instituciones y hogares, sustituyendo al árbol de Navidad.
Montando el ramo de Navidad. Imagen de Raigañu: http://raigame.blogspot.com/
En la actualidad, el ramo ha pasado ya de los templos a los comercios leoneses e incluso a los grandes almacenes, donde se venden cada vez más.
Alonso Ponga señala que el ramo también se utilizaba en otros momentos "para pedir lluvias, para conjurar las plagas, cuando había enfermedades que atacaban a los ganados... Había otros de acción de gracias por algún o algunos favores recibidos."
Alonso Ponga recalca el aspecto religioso de "marcado carácter femenino", que se refuerza con su dedicación a la Virgen, a quien se alude en los cánticos, y en el destino de la ofrenda que "al final se subastaba y lo recaudado era para el culto a la imagen".
Existen diversos colectivos que construyen los ramos, desde las escuelas a la los artesanos de la Asociación de Cultura Tradicional Leonesa "Raigañu" o la Asociación Leonesa de Amigos y Familiares de Enfermos Mentales, que los vende con fines benéficos.
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