miércoles, 30 de septiembre de 2009

CASTILLA Y LEON, DEL PRISMA A LOS PRISMATICOS

Por Colectivo Ciudadanos del REINU DE LLIÓN

Resulta cuando menos reprobable que en una época de crisis económica aguda como la que atravesamos se celebren fastos como el acontecido en la noche del miércoles en el Centro cultural “Miguel Delibes“ de Valladolid al objeto de presentar un nuevo signo distintivo de esta comunidad autónoma, otra mas, tras los fallidos intentos que con ingentes medios publicitarios se han efectuado con el indisimulado afán de dotar a la comunidad de Castilla y León de una identidad con un mínimo de credibilidad histórica y social. Es reprobable, si, que los gestores públicos se dediquen a despilfarrar el dinero público pero también absolutamente contradictorio con los postulados que prestigiosos economistas tan poco sospechosos de cercanía al partido en el poder de esta autonomía vienen preconizando como José Varea quien reiteradamente en entrevista efectuada en el informativo matinal de Telecinco el jueves 24 de septiembre insistía en la imperiosa necesidad de la contención del gasto público hasta en las partidas más insignificantes para tratar de paliar este delicado trance económico. Casan mal, pesimamente diríamos, las predicas del partido popular en la oposición nacional con su delegación autonómica en Valladolid dedicada a malgastar el dinero del contribuyente en partidas innecesarias como esta abocadas al triste fin de la mayor indiferencia ciudadana al menos en provincias como Zamora, León y Salamanca.

Deberíamos de conocer ¿cuanto ha costado un evento al que concurrieron más de seiscientos invitados? Igualmente no podemos soslayar la frívola presencia de los representantes políticos, económicos y culturales de las tres provincias leonesas tan absolutamente ajenos y de espaldas a una sociedad que desde su inclusión en este ente solo ha servido para agudizar sus problemas de descapitalización económica y humana. ¿Cuál es el precio de tan preciado logotipo identitario? ¿A cuánto nos sale cada arista del polígono que han tardado en alumbrar dos años consensuados?

Ahora resulta que la identidad autonómica semeja a una figura geométrica, un prisma eso si dinámico como el dúo, lo cual no deja de tener su gracia tras tantos avatares fracasados. De la cantata “nueve provincias, una comunidad”, a “Castilla y León es vida”, para desembocar en la geometría aplicada más abstracta y aséptica que es la matemática aplicada. De la vida al hieratismo dinámico de la función poligonal en un instante y tiro porque me toca. ¿Con que prismáticos tenemos que ver la falta autonomía para una región con 1.100 años de existencia? Quizás sea desde el ángulo de unos fondos de cohesión europea que aquí no llegaron, desde la desertización paulatina de nuestras comarcas, desde el centralismo más absoluto, desde los suntuarios gastos de un parlamento ubicado en Valladolid cuyo coste fueron 12.000 millones de las antiguas pesetas, quizás desde un Calvario de Juni desplazado a Valladolid propiedad de Ciudad Rodrigo o para terminar con el reciente y escandaloso asunto de la Fundación “Edades del hombre” con maniobras y presiones torticeras para que Zamora perdiera su sede libremente decidida por los Obispos a favor de una localidad vallisoletana.

No podrán decir nunca que no contribuimos a eso que llaman “hacer comunidad”, les proponemos que con este salto cualitativo en la imagen de la autonomía más extensa de Europa se resuelvan de un golpe dos problemas que asaltaban la idiosincrasia de la entidad bimembre. Por una parte su gentilicio donde ya no tendrán problemas en denominar a sus naturales como “prismáticos” obviando ese trabalenguas que era lo de los “castellanoleoneses” y por otra la fiesta de la Comunidad que ahora dada la nueva imagen deberá en buena lid pasarse a denominar “fiesta del prisma dinámico” aun cuando suene a reclamo de discoteca.

Esperemos que ahora sí, desde Valladolid, hayan acertado ¡por fin! En convertirnos a la gloriosa fe tras los veinticinco años de paz en la nebulosa indiferencia de un ente administrativo recaudador. En algo tienen razón, el dinámico polígono cobra y por cierto nos sale tan caro como en la pobreza nos deja.

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