martes, 27 de octubre de 2015

Los cepedanos no son maragatos

Por Ricardo Magaz, Profesor de Fenomenología Criminal de UNED y escritor (publicado en Diario de León 26/10/2015)

En efecto, los cepedanos no somos maragatos. Como tampoco lo son los de la zona de San Justo de la Vega, ni los de la parte de Valderrey, entre otros pagos lindantes con Astorga, a la que a menudo se describe erróneamente como «capital maragata». Astorga ha sido desde siempre la capital de todas y cada una de las comarcas que la circundan y nutren. Y, en todo caso, sería históricamente la capital asturicense.

Viene esto a cuento porque la Junta de Castilla y León ha publicado el mapa para la culminación de la nueva ordenación del territorio, correspondiente a las nueve provincias de su ámbito, con la creación de las Unidades rurales básicas de ordenación y servicios. El mapa de la provincia de León se configura de este modo en 25 demarcaciones rurales y tres urbanas. Así las cosas, alguien, sin saber exactamente con qué criterio, ha bautizado de un plumazo enérgico con el nombre oficial de ‘La Maragatería’ a los municipios pertenecientes a La Cepeda, La Vega o la propia ciudad de Astorga, además de los consistorios maragatos.

Nada que objetar hacia nuestros vecinos de maragatería con quienes los 44 pueblos cepedanos y sus respectivas juntas vecinales mantenemos una excelente relación de afecto mutuo desde que la historia y los siglos nos situaron al lado unos de otros pero claramente diferenciados por nuestras idiosincrasias; estamos seguros de que la comarca maragata es ajena a este despropósito perpetrado desde algún despacho remoto, salpicado por la ignorancia.

De tal modo, los alcaldes de los cinco ayuntamientos cepedanos y los representantes de la Mancomunidad de La Cepeda, una de las primeras y por tanto más antiguas de León, han disentido unánimemente, como era de esperar. A este dislate hay, además, que sumarle el desgajamiento de los pueblos de Ferreras, Morriondo y Riofrío que van a parar al Órbigo, y Montealegre y La Silva para el Bierzo.

Desde La Cepeda no estamos en contra de la racionalización de los servicios públicos a prestar por la Administración a los ciudadanos en condiciones de igualdad, con independencia del lugar en el que residan. Al contrario.

El problema de la despoblación y el envejecimiento requiere, sin duda, abordar soluciones y agrupar servicios, y posiblemente entidades, que faciliten la vida a los vecinos que permanecen en los pueblos. Nos parece lógico.

Con todo, desde La Cepeda nos preguntamos, ¿se atreverían los de la Junta de Castilla y León a cambiarle alegremente el nombre al Bierzo, a La Bañeza o al área de Picos de Europa, verbigracia?

No debemos permitir este atropello. La Cepeda era y es una comarca milenaria claramente definida, situada en el corazón de León entre la Vega del Órbigo, Omaña, el Bierzo y nuestros amigos de Maragatería. Ni en época de los astures, ni luego con los romanos, ni finalmente en la repoblación de Ordoño I, en el año 853, La Cepeda fue Maragatería. Nunca. Es más, el actual ‘País de los Maragatos’ se llamó hasta no hace mucho tiempo La Somoza, cuya villa hegemónica era lógicamente Santa Colomba de Somoza, hasta que la actividad de la arriería transmutó la denominación de los somozanos por la presente, que se usaba a menudo como expresión de mauri capti.

Pero no se trata de probar aquí la etimología territorial. Eso ya deberían conocerlo quienes, con tosca incapacidad, han decidido llamar ‘La Maragatería’ a varias comarcas con almas y nombres propios y a una ciudad, Astorga, con dos mil y pico años de historia incontestable a sus espaldas. ¿Se puede ser más torpe? Lo dicho, un atropello que hay que remediar.

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