jueves, 3 de agosto de 2006

El Reino de León ni es, ni fue, ni será Castilla

Por Alicia Valmaseda Merino, Coordinadora y Portavoz de ComunidadLeonesa.ES

Señores:

Con cierta frecuencia vemos, con sorpresa y desagrado, que en los medios de comunicación denominan "castellanos" a las ciudades y pueblos de nuestro Reino de León así como a sus naturales, sinceramente, no comprendemos que pueda darse un desconocimiento tan grande de la realidad, geográfica, histórica y cultural, por parte de un medio de comunicación como el suyo, sobre todo si tenemos en cuenta que el derecho a la información de los ciudadanos debe entenderse complementado por un deber de información veraz por parte de los medios.

Calificarnos de "castellanos" o hablar de "las dos Castillas" incluyendo en ellas a las provincias de Salamanca, Zamora y León, es del todo incorrecto y basta dar un simple repaso a la bibliografía, comenzando por la entrañable enciclopedia Álvarez (de imprescindible estudio para todos los que hicimos el Ingreso a Bachillerato del Plan del 53, en pleno régimen franquista) según la cual el Reino de León, formado por las provincias de León, Salamanca y Zamora, siempre se estudió separado de las dos Castillas (Vieja y Nueva).

Si nos remitimos a la actual configuración autonómica (rechazada por amplios sectores leoneses, zamoranos y salmantinos -les remitimos a las sucesivas manifestaciones, la más numerosa de las cuales el 4 de mayo de 1984, con más de 100.000 personas, a la última del 3 de Junio de 2.006 que sin apoyo por parte de ningún partido político sacó a la calle a más de 10.000 leoneses y a los recientes resultados del BAROCYL, encargado por la propia Junta de Castilla y León), la comunidad autónoma se denomina oficialmente de "Castilla Y León" y está formada por la Región Leonesa (Zamora, Salamanca y León) y por parte de la región de Castilla la Vieja (no olvidemos que las provincias castellanoviejas de Santander y Logroño se separaron de su región matriz para formar las autonomías uniprovinciales de Cantabria y La Rioja).

No conseguimos entender cómo puede ignorarse aún el hecho de que esta autonomía sea la única de toda España que incluye una "Y" en su nombre, por ello consideramos innecesario tener que explicar, a profesionales de la palabra como Uds., que las conjunciones copulativas unen conceptos de la misma entidad lo que significa, en nuestro caso, que la autonomía está formada por dos regiones: León y Castilla.

Los reyes leoneses se proclamaban "Imperator Totius Hispaniae" y los leoneses se rigieron por el Fuero de León (1017, ampliado en 1020) origen a su vez de la serie de Fueros que constituyeron el Corpus Jurídico Legionense (los de Zamora, Benavente, Toro, Salamanca, Ledesma, Alba de Tormes, La Coruña, Cáceres, etc.). En León se constituyeron las primeras Cortes Europeas consideradas democráticas (1188) y en Benavente las segundas (1202) convocadas ambas por el rey leonés Alfonso VIII (el conocido como IX), nacido en la leonesa ciudad de Zamora, y fundador de la primera Universidad española, la leonesa de Salamanca. Asimismo, el primer escrito en lengua romance, leonesa, datado en el año 959, se redactó en el leonés Monasterio de Rozuela que se hallaba próximo a Ardón, a pocos kms. de la ciudad de León, capital del reino del mismo nombre. Y fueron también leoneses los primeros españoles que al grito de "¡Leoneses, la patria está en peligro, mueran los traidores!", lanzado desde el balcón del Consistorio de la ciudad, se levantaron el 24 de Abril de 1.808 contra la ocupación francesa.

Cualquier país europeo se sentiría orgulloso de tener entre sus reinos fundadores al leonés que fue el más importante reino peninsular y pionero en la creación de unas instituciones que constituyeron el embrión de las actuales instituciones democráticas del mundo occidental y resultaría inconcebible que, en lugar de proclamar estas realidades con orgullo, se ocultasen o tergiversasen bajo un nombre ajeno.

Todas estas circunstancias no nos hacen mejores ni peores que los castellanos, los gallegos, los andaluces o los valencianos pero silenciarlas, despreciando así a una de sus regiones históricas, solo conduce al empobrecimiento de España y tratar todos estos hechos (y otros muchos que sería demasiado prolijo enumerar) como castellanos solo contribuye a crear entre los leoneses un sentimiento de frustración y rebeldía puesto que se ensalza a quienes nada tuvieron que ver con ellos y se ignora, incluso negándoles su propio nombre, a los auténticos protagonistas de los mismos. En este sentido prueben Uds. a llamar bordelés a un borgoñón, inglés a un galés o walón a un flamenco y verán qué les responden sin negar por ello su respectiva condición de francés, británico o belga.

En Bruselas se representa durante el verano el "Omegang" (palabra flamenca que significa procesión) un cortejo que conmemora el último viaje a dicha ciudad, en 1555, de Carlos I de España y V de Alemania, junto con su hijo el Príncipe de Asturias, futuro Felipe II, en quien se disponía a abdicar. En dicho cortejo, que el Ayuntamiento de Bruselas organizó en aquella lejana fecha, a modo de bienvenida para el monarca, y continua organizando en memoria de aquel acontecimiento histórico, figuraban (y continúan figurando), representados por sus respectivos abanderados a caballo, los reinos que constituían las posesiones del "Cesar Carlos" habiendo un abanderado leonés y otro castellano (además por supuesto de otros muchos). Es bastante sintomático que los extranjeros conozcan mejor nuestra realidad que nosotros mismos.

Cuando en todo el País Leonés la sociedad civil se está organizando para defender el patrimonio, lengua e identidad leoneses, olvidados y ninguneados desde instancias oficiales y para reivindicar la historia, incomprensiblemente silenciada, desde su medio de comunicación están contribuyendo a esta extraña ceremonia de la confusión denominándonos "castellanos", algo que ni fuimos, ni somos, ni seremos, negando así de un plumazo toda nuestra cultura y ocultando nuestra identidad leonesa y hasta nuestra misma existencia

Tampoco aceptamos que a los zamoranos, leoneses o salmantinos nos llamen castellanoleoneses (término inexistente hasta ahora y recientemente incluido en el DRAE por presiones políticas) puesto que para referirse a los naturales de las provincias castellanas solo les llaman castellanos. Por cierto, el Estatuto de Autonomía denomina (oficialmente) a los naturales de esta comunidad "ciudadanos de Castilla y León" o "castellanos y leoneses", resultando cómico que alguien pueda ser dos cosas al mismo tiempo (rubio y moreno o alto y bajo).

Hubo un tiempo en que Castilla fue un condado dependiente de León pero en ningún momento de la historia, León fue Castilla por lo que agradeceremos corrijan la citada información, al tiempo que esperamos que no se vuelva a producir en el futuro un error semejante y que no viene, por otro lado, a añadir nada positivo al buen nombre de un medio de comunicación como el suyo, es más, lo único que puede demostrar, por el contrario, es la ignorancia de quien esto afirma. Y, sinceramente, mantenerse, de manera empecinada, en el error no creemos que les aporte ningún beneficio.

Aducir que, en un determinado momento de la historia, ambos reinos tuvieron un mismo rey para justificar el hecho de llamar castellanos a los leoneses conduciría, en buena lógica, a utilizar la misma denominación para los gallegos, asturianos, cántabros, vascos, extremeños, riojanos y andaluces, puesto que todos ellos se encontraban junto con los leoneses y los castellanos bajo la autoridad del mismo rey. Y lo mismo cabe decir de los catalanes, baleares y valencianos respecto del rey de Aragón.

Por si todavía queda alguien que no se haya dado cuenta, tenemos que seguir recordando una verdad tan simple como la que sigue: la región de Castilla es una parte más de España (repartida hoy en día entre cinco autonomías diferentes) pero España es mucho más que Castilla.

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